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ATLETISMO | Mundiales de Belín '09

Abel Kirui lidera el doblete de Kenia en el maratón

Doce años después de que España consiguiera en Atenas el primer doblete de la historia de los Mundiales, con Abel Antón y Martín Fiz en el viejo estadio Panathinaiko, Kenia se ha adueñado de la prueba reina del fondo, en la que acumula ya tres títulos.

Abel Kirui, el más rápido del año en la carrera más larga, y Emmanuel Mutai dieron a Kenia el segundo doblete de la historia en el maratón de unos Mundiales tras doblegar la resistencia de los etíopes, uno de los cuales, Deriba Merga, les acompañó hasta el kilómetro 37, aunque la medalla de bronce terminó siendo para Tsegay Kebede.

Abel Kirui, el más rápido del año en la carrera más larga, y Emmanuel Mutai dieron a Kenia el segundo doblete de la historia en el maratón de unos Mundiales tras doblegar la resistencia de los etíopes, uno de los cuales, Deriba Merga, les acompañó hasta el kilómetro 37, aunque la medalla de bronce terminó siendo para Tsegay Kebede.

Doce años después de que España consiguiera en Atenas el primer doblete de la historia de los Mundiales, con Abel Antón y Martín Fiz en el viejo estadio Panathinaiko, Kenia se ha adueñado de la prueba reina del fondo, en la que acumula ya tres títulos.

La victoria de Kirui se fraguó en los cinco últimos kilómetros. Primero dejó atrás a Merga y después a Mutai para presentarse en la meta con un tiempo de 2h06:55, récord de los campeonatos, 54 segundos por delante de su compatriota. Merga, como en los Juegos de Pekín, terminó perdiendo la medalla de bronce en beneficio de Tsegay Kebede, que paró el cronómetro en 2h08.35.

La carrera, con 98 atletas en la salida, partió a las 11.45 de la puerta de Brandemburgo, donde también está situada la meta al final de un circuito de 10 kilómetros.

Faltaban a la cita el plusmarquista mundial, el etíope Haile Gebreselassie, y el campeón olímpico, el keniano Samuel Wanjiru, que prefirieron correr en Berlín, pero en septiembre, con una jugosa prima por participar en el clásico maratón berlinés, en el que Gebre logró, hace un año, su vigente récord (2h03:59)

En tales condiciones la carrera adquiría ribetes de impredecible pero en todo caso auguraba una nueva demostración africana.

Kenia, que había ganado su primer título mundial en Osaka 2007 por medio de Luke Kibet y un año después la corona olímpica con Wanjiru, alineaba en la puerta de Brandemburgo a un equipo cuya peor marca era de 2h07:17. Abel Kirui partía con la mejor marca de todos los participantes (2h05:04)

Etiopía, en franco progreso a lo largo de los últimos cinco años, quería recuperar el título que Gezahegne Abera ganó en 2001.

Desde el disparo de salida el contingente africano tomó la prueba bajo su control y en el décimo kilómetro (30:08) el color verde de etíopes y kenianos predominaba abrumadoramente. El primer no africano, en el puesto 15, era el brasileño Marilson dos Santos, dos veces ganador en Nueva York.

En el km. 15 Deriba Merga, cuarto en los Juegos de Pekín, avivó el ritmo para aligerar el grupo. Con él se fueron sus compatriotas Kebede (el que le robó el bronce olímpico) y Deressa Chimsa, tres kenianos (Kirui, Mutai y Cheruiyot), Dos Santos y el ruandés Dieudonne Disi.

Los ocho pasaron el medio maratón en 1h03:03, siempre a tres minutos el kilómetro. Diez minutos después los tres kenianos se habían quedado solos con Merga y Disi, éste último con una marca inexpresiva de 2h12:47.

A partir del km. 27 Merga se había convertido en un intruso, la única amenaza frente al trío keniano, que empezaba a soñar con el triplete, pero también a pensar en la necesidad de sacrificar a alguno de sus elementos para no arriesgarse a perder el título.

En el km. 32 cedió el keniano más corpulento, Cheruiyot, al ataque de Kirui, pero Merga seguía pegado a sus talones, sin dar un solo relevo. En el 37, sin embargo, la resistencia del etíope saltó en pedazos ante el ritmo asfixiante de Kirui, que se marchó en busca de la victoria.