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Pekín 2008 | Natación sincronizada

El dúo Mengual-Fuentes ya ha marcado su terreno

Logran la segunda mejor nota en rutina técnica tras Rusia

Actualizado a
<b>COMO SI FUERAN UNA. </b>Mengual y Fuentes saludan tras su ejercicio.
Jesús Rubio

La ecuación es fácil. Si las rusas no fallan, serán oro; si las españolas no cometen ningún desliz, la plata será suya y los otros dúos de sincronizada sólo podrán aspirar al bronce. Así de sencillo. "La diferencia en principio es irrecuperable, nos tendrían que poner cinco dieces mañana, cosa que evidentemente no va a ocurrir, por no decir que es algo imposible", decía Gemma Mengual, que buscaba junto a Andrea Fuentes el oxígeno que bajo la piscina no encuentran. Dichosas apneas. El primer pulso a la final, la rutina técnica, se saldó con un 49.334 (nota que se sumará a la mitad que obtengan hoy en rutina libre, lo que compondrá la lista de la final) para las anastasias, Davydova y Ermakova; a las españolas les dieron 48.834. "Ellas sincronizan más, nadan más juntas que nosotras, no sé cómo lo hacen. Nosotras no sabemos remar como ellas, lo hacen todo completamente pegadas, es algo increíble. Nuestra coreografía es más completa, mientras que ellas son más robóticas", apuntaba Mengual.

Es la eterna canción: las rusas, intocables en los mundiales y demás competiciones internacionales, son más físicas, más mecánicas, pero la creatividad juega de nuestra parte. Estribillo parecido al que cantan en nuestra gimnasia rítmica. Lo que no juega, ahí poco podemos hacer, son los birlibirloques de los jueces, que una vez más barrieron para casa. A las gemelas chinas Tingting y Wenwen Jiang, las que ya recibieron favores en el preolímpico disputado en abril en Pekín, les dieron 48.250 puntos. "Las notas de las chinas... se nota que estamos en China. Han fallado elementos. Por ejemplo, en el último elemento giratorio, una se ha dejado un cuarto de giro, debería haber sido una pena grave y no lo han tenido en cuenta. Pero sabemos que siempre les van a favorecer y que ellas tienen que estar en la final", apuntaba Fuentes.

Compenetración.

Gemma y Andrea se complementan bien, aunque no saben lo que le falta una o le sobra a otra. "No sé si yo tengo más potencia o ella más creatividad. Lo único que está claro es que ella es mejor", dice Fuentes. Gemma sonríe. Pero bajo el agua son una y hoy tienen una excelente ocasión de demostrarlo como ya hicieron en los Europeos de Eindhoven, donde no estuvieron las rusas, que en los últimos meses han jugado al escondite en los grandes campeonatos. Será en la rutina libre, donde cambia el son: del Kalinka que acompañó ayer sus apneas (canción del verano, pues otros dos dúos apostaron por ella), a la ópera Flama del belga Nicholas Lens, ya empleada en el preolímpico disputado en el Water Cube. Pero ellas son capaces de cogerle el paso a cualquier baile.