Polideportivo | Boxeo
Mayweather noquea a Hatton y sigue invicto
El estadounidense retuvo el título welter y suma ya 39 victorias
Lo decía Billy Graham, el preparador de Ricky Hatton, tras el combate, mientras digería la primera derrota de su púgil en su brillante carrera profesional: "No hay ninguna queja, no hay ninguna queja". Con la gorra hacia atrás, Billy miraba al techo del MGM Grand de Las Vegas, donde los cánticos de 4.000 aficionados ingleses se apagaban. Trataron de llevar a Hatton en volandas, pero una cosa está clara: no pudieron pelear por él. Tuvo que ser Hatton, él solito, quien se encerrara en un ring con Floyd Mayweather, que demostró una vez más ser el mejor boxeador libra-por-libra del planeta. Mantuvo el título mundial welter (CMB), sigue invicto y ahora es Hatton quien ha dejado de ver el número 0 en la columna de derrotas de su historial.
Dos ganchos en el tramo final del décimo asalto llevaron la primera derrota al currículo del púgil de Stockport (Manchester), que se levantó una vez, pero no pudo hacerlo una segunda. Joe Cortez, el árbitro, declaraba el final y en el rincón del inglés tiraban la toalla asumiendo la derrota. Y los gritos de "USA, USA, USA" apagaban entonces los de esos ingleses que durante el fin de semana se habían hecho fuertes en Las Vegas. Se dejaron notar, y de lo lindo, cuando Hatton saltó al ring, cuando el God save the Queen sonó en el recinto. También cuando David Beckham apareció en escena. "One David Beckham, there's only one David Beckham! (¡Un David Beckham, sólo hay un David Beckham!"), gritaron a su embajador en EE UU, de nuevo hijo predilecto tras su vuelta a la selección. Pero Beckham tampoco podía pelear por Hatton. Tenía que hacerlo él, con su 43-0 de balance, con ese boxeo explosivo con el que en la víspera había anunciado iba a "aniquilar a Floyd". Salió en tromba, lanzando golpes, intentando evitar que Mayweather pelease en la distancia, se sintiera cómodo bailando por el ring. No lo hizo. En los dos primeros asaltos Hatton tiró del gancho de izquierda para cazar al americano, pero éste frenó el ímpetu del inglés. Soltó golpes aislados, pero todos precisos, y dejó que la pelea avanzara. Sin inmutarse.
Sólo pasó apuros en el quinto, cuando Hatton intentó llevarle a las cuerdas, jugarse la pelea en la corta distancia. Pero ahí, Mayweather es listo y, sin ser el Ali del combate contra Foreman en Kinshasa ("leaning on the ropes", "recostándose en las cuerdas", escribió Norman Mailer), sabe cómo zafarse del rival.
En el sexto, Joe Cortez le quitó un punto a Hatton por golpear en la nuca a Mayweather. El británico seguía empujando, pero a partir del séptimo su boxeo fue perdiendo gas y Mayweather recobró la sonrisa y el veneno. Y aguardó hasta que su presa estuvo madura y de dos zarpazos, de dos ganchos tremendos, le dio matarile y apagó las gargantas de los supporters. Mucho ruido y pocas nueces. Nevada, capital Manchester, sí, pero ahí también reina Floyd Mayweather. Quien tenga la fórmula para batirle, por favor dé un paso al frente y suba al ring. Allí le espera Pretty Boy (El niño bonito).