Íñigo Cuesta suma 14 Vueltas consecutivas

Catorce Vueltas a España, con la actual, lleva disputadas Íñigo Cuesta (3-6-1969, Villarcayo, Burgos). Consecutivas, no se ha perdido ni una desde que pasó a profesional en 1994. Es un récord, pero compartido con un madrileño, Eduardo Chozas, y dos vascos, Txomin Perurena y Federico Etxabe. Y lo puede batir, porque Cuesta tiene un año más de contrato con el CSC y espera "estar también en la Vuelta el año que viene".

Se puede decir que Cuesta es el mejor gregario del pelotón mundial. Tenía condiciones para ser al menos un líder de segundo escalón (ganó la Vuelta al País Vasco 1998), pero es más generoso que ambicioso. "Me transformé en gregario con Manolo Saiz, en la ONCE. Me especialicé en este trabajo y por esta labor siempre han contado conmigo". Zülle, Jalabert, Basso y ahora Sastre tienen mucho que agradecerle.

Antes de la ONCE, Cuesta fue el primer ciclista no vasco que perteneció al Euskadi (ahora Euskaltel). Y fue porque allí se hizo como ciclista. En Villarcayo no hay carreras y su padre le llevaba a Bilbao (80 km) a competir los fines de semana.

Iñigo es un ejemplo dentro de la profesión, se entrena todas las horas que haga falta y da consejos a los jóvenes. No le obsesiona "lograr el récord de quince Vueltas", aunque cuando se retire le "hará más ilusión". Y seguro que lo logrará. "Siempre he tenido la suerte de ser un fijo para la Vuelta en todos los grupos que he militado. Conozco bien la carrera y se cómo prepararla".

Tiene una espinita: no haber ganado una etapa. "Hace dos años estuve cerca, quedé segundo en los Lagos, tras Eladio Jiménez", pero como buenos recuerdos se queda con las dos veces que entró "en Madrid con Zülle como vencedor (1996 y 97) y con la etapa que David Millar ganó en Torrelavega".

"Recupero las fuerzas con Agua de Mar"

Íñigo Cuesta tiene 38 años y cree que podrá estar en la próxima Vuelta, porque tiene un secreto: Agua de Mar Quinton. "Es un tratamiento natural que aporta sales y ayuda a recuperar fuerzas".