La ronda naútica regresa catorce años después

Catorce años después, la Vuelta a España de vela ha vuelto a izar velas. Siete etapas, 776 millas naúticas, diez embarcaciones y ochos puertos conforman el itinerario de la ronda náutica en su regreso a las costas españolas.

En esta ocasión el mar Mediterráneo se erige en protagonista de las singladuras de las diez embarcaciones que zarparon el pasado lunes del puerto de Ceuta. Las prototipos elegidos para esta edición son los RO 340 (34 pies, 10 metros de eslora) de la marca Ronáutica. Un barco de categoría A oceánica construido con componentes de acero inoxidable y una tripulación de cuatro tripulantes, más el patrón. En el que caso del equipo femenino, el Europcar, por motivos de peso, embarca cinco tripulantes.

El Estrecho.

Para abrir boca se ha arrancado con el desafiante salto del Estrecho de Gibraltar. 71 millas en las que las fuertes corrientes sumadas a las mareas vivas que gobiernan el Estrecho en septiembre, su meteorología cambiante y el denso tráfico marítimo, hicieron de la primera etapa un atractivo reto. Las condiciones de viento oscilaron entre los seis y los veinte nudos para unos participantes que recibieron la salida con 25 minutos de retraso respecto a los planificado. El Grupo Actualidad-Wind Cat House, patroneado por Manu Jiménez, logró el triunfo en la primera etapa que tuvo una duración de 17 horas. El patrón gallego manifestó a su llegada: "Hemos tenido de todo, poco viento, encalmadas y mar de fondo con vientos fuertes en Tarifa. La primera etapa estuvo marcada por el encallamiento del Banco Gallego de Aitor Ocerín, ya que el barco se descolgó a la altura del Castillo de Santa Catalina, en una "arriesgada decisión pensada para buscar el triunfo", según Ocerín.

Una primera etapa exigente

La primera etapa fue calificada por las tripulaciones como dura. Los participantes salieron del puerto de Ceuta a las seis y media de la tarde del lunes y tomaron tierra en Cádiz, ayer por la mañana, después de 71 millas y atravesar el Estrecho.