La reina del aeróbic es hija de Rinat Dassaev

Cuando Rinat Dassaev aterrizó en Sevilla a finales de los ochenta, aún era uno de los mejores porteros del mundo, aunque en el conjunto hispalense no ampliase su leyenda con más títulos para su palmarés. Sin embargo, el meta de Astracán (Rusia) ha dejado una excelente herencia para el deporte español, porque la niña de dos años con que apareció en España, Elmira (Moscú, 1987) es hoy la número uno del ránking mundial de gimnasia aeróbica (conocida antes como aeróbic deportivo) y defiende el pabellón español. "La verdad es que tardé muchos años en conseguir la nacionalidad española y, por eso, no pude entrar en el conjunto nacional de gimnasia rítmica. Cuando se arreglaron los papeles ya era tarde para esa especialidad, pero no para la aeróbica", explica.

Dice que se siente española, aunque en una competición en Tokio sus seguidores "eran todos rusos. Resulta que estaba compitiendo en Japón la selección de karate de Rusia, y vieron en los periódicos que una tal Dassaeva estaba en la Copa del Mundo de aeróbic, y vinieron a ver quién era". Y claro, la preguntaron si tenía alguna relación con el mito, con el gran Dassaev: "Les dije que era mi padre. De él sé de su categoría como deportista, como gran portero de fútbol que fue. Sin embargo, como padre no le conozco. La última vez que le vi yo tenía diez años, y fue por la primera comunión. Desde entonces, todo lo que he sabido de él ha sido de manera indirecta. Por gente que te dice que está en Moscú, que entrena porteros de un club... Él tiene ahora otra esposa y supongo que tendrá más hijos, pero nosotras (ella y su hermana Cristina) no les conocemos".

Elmira y Cristina, cuando sus padres se separaron, se quedaron con Nela, la madre, que había sido gimnasta de rítmica y ahora es una destacada entrenadora. "Mi madre fue mi primera maestra, la que nos encauzó en la gimnasia rítmica, la que trabajó nuestra base deportiva".

Ha llegado a número uno del ránking mundial casi sin darse cuenta "porque estaba ahí, y de repente algunas de las mejores se han retirado". Pero el primer puesto no le ha llegado en el mejor momento: "Tengo serias dudas. No atravieso mi mejor racha de moral por algunas discrepancias con mi entrenador. No creo que sea algo irremediable, pero tampoco es un momento feliz".

Dice que la primera vez que escuchó el himno nacional español en un podio sintió "una sensación extraña", sobre todo porque recordó "el gran esfuerzo que había realizado durante años para conseguir ser española".

Como del aeróbic "no se puede vivir como deportista", ella no pierde el tiempo y trabaja en tres colegios "como monitora deportiva", en los que acompaña y ayuda a su madre. Y como no es un secreto su destacada belleza, también hace pinitos como modelo: "Estoy en una agencia que me consigue trabajos, aunque lógicamente suelen ser relacionados con la moda deportiva ya que mi cuerpo no creo que me permitiese hacer otro tipo de pases. También he sido modelo para una firma comercial de deportes. Un poco de aquí, otro de allá, y de esa manera llego a fin de mes".

Afincada en Zaragoza, sin embargo no sabe dónde estará su futuro a medio plazo: "Algunas veces pienso en cómo sería volver a Moscú, pero pronto lo desecho. Ahora bien, no cierro puertas a nada. Para la edad que tengo me parece que me he movido mucho y he aprendido a adaptarme bien allá donde esté".