Carlos Boluda, el niño-tenista que rompe moldes

Se llama Carlos Boluda Purkiss, cumplió 14 años el pasado 22 de enero y un runrún con su nombre recorre las pistas. "A su edad, hace más cosas que Rafa Nadal", dijo al verle el año pasado Toni Nadal. "Domina todos los golpes. Es un jugador excepcional", dice de él Jacques Decret, el director de Les Petits As, el Mundial Sub-14 que volvió a ganar el domingo Boluda en Tarbes (Francia). En categoría masculina, nadie había inscrito dos veces su nombre en el palmarés masculino, donde figuran, por ejemplo, Nadal (2000), Richard Gasquet (1999) o Juan Carlos Ferrero (1994). En féminas, Martina Hingis y Timea Bacsinszky sí que hicieron doblete.

¿Es garantía de que estamos ante una futura estrella? "Yo sólo soy un niño todavía", responde seguro Carlos con el aplomo que da una vida tan agitada en un cuerpo menudo (1,65 cm.). "Este fue mi último torneo en categoría infantil y ahora paso a Sub-16. Habrá que ver cómo me adapto a unos partidos donde se requiere más fuerza". Entre entrenamientos en el club Mutxamel de Alicante bajo la tutoría de Mariano Martínez y Manuel Sala y los mimos de su preparador físico, Sergio Carbonell, el hijo del ex jugador de balonmano Vicente Boluda metido ahora a químico se machaca para confirmar lo que apunta. "Aunque mi ídolo es Agassi, me fijo en Rafa Nadal por su actitud y sus golpes", cuenta Carlos, que compagina varias horas al día de entrenamientos con el curso de 2º de ESO en los Jesuítas. "Pilar, mi madre, es la que me recoge los apuntes cuando estoy fuera", agradece.

La comparación con Nadal viene sola. Hasta la marca deportiva que equipa a ambos ha decidido que vistan igual. Como Rafa, sólo Boluda consiguió ser campeón de España Sub-14 con 12 años. "Va un par de años adelantado", apunta Sergio Troncoso, que actúa como su mánager e intenta que no se despiste entre tanto elogio mientras las grandes agencias de representación intentan ficharle. "No es muy de Playstation. Intentamos educarle, que lea, que siempre viaje con los apuntes...". Tenísticamente, el chaval se define como "un jugador completo" y destaca su golpe de derecha. En 2006 sólo perdió un partido. Es el depredador de las categorías inferiores.