Ciclismo | Tour 2006
Phonak deja el ciclismo hastiado del dopaje
Su patrón, Andy Rihs, no pudo con esta lacra
Andy Rihs, dueño de la empresa de audífonos Phonak y de la licencia ProTour, adora el ciclismo y reniega del dopaje. Pocas personas habrán luchado contra esta lacra más que él, pero al final se irá del pelotón vencido por los tramposos. Rihs ya había puesto fecha de caducidad a su proyecto antes del positivo de Floyd Landis. Al término de esta temporada hará el trasvase a iShares, un producto financiero del banco Barclays. El empresario suizo ha sido sincero con ellos: "Les dije que nuestro código ético es más estricto que el de la UCI, pero que se lo pensaran bien porque ni eso daba garantías contra el dopaje".
Ese código ético al que alude Rihs fue impuesto en 2005, tras los escándalos de dopaje que protagonizó el Phonak un año antes con sus tres líderes: Oscar Camenzind, campeón mundial en 1998, dio positivo con EPO; Tyler Hamilton, oro olímpico en contrarreloj, con transfusión de sangre, y Santi Pérez, segundo en la Vuelta 2004, con lo mismo que el americano.
Esta catarata desembocó en una dura decisión de la Unión Ciclista Internacional (UCI), que retiró la licencia del ProTour al equipo en noviembre de 2004. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) readmitió al Phonak en febrero de 2005, pero para esa fecha ya habían cambiado muchas cosas en el seno del grupo. Rihs había limpiado la cúpula técnica. Despidió al dúo formado por Urs Freuler y Álvaro Pino y lo sustituyó por la nueva pareja John Lelangue-Juan Fernández.
Control interno.
Andy Rihs también impuso su famoso código ético, que no es otra cosa que un exhaustivo control interno de sus corredores. "Si os tengo que registrar las maletas, lo haré", dijo Fernández en su presentación a los ciclistas. En algunos casos dio resultado. Santos González fue expulsado del equipo y de la Vuelta 2005, tras dar unos parámetros anormales en un análisis. El mismo camino tomó el suizo Sascha Urweider, a quien se le detectó testosterona.
La fórmula Rihs no pudo impedir que este año volviera a verse embadurnado por el escándalo. Los hermanos Nacho y Quique Gutiérrez y Santiago Botero están implicados en la Operación Puerto. Eufemiano Fuentes ha merodeado mucho por este equipo con el desconocimiento del patrón. Además de estos tres, en el sumario judicial aparecen como sus clientes los anteriormente citados Santi Pérez y Tyler Hamilton, además de Óscar Sevilla, que también lució los colores del Phonak.
Y ahora Floyd Landis, a quien unos asocian con Michele Ferrari y otros dicen que es autodidacta, mancha con testosterona una de las carreras más bellas de los últimos tiempos. Rihs ha perdido la batalla.