España sigue en el pozo

Una digna actuación de Juan Jesús Gutiérrez (22º) y Diego Ruiz (23º) en los 50 kilómetros de esquí de fondo cerraron la andadura española en los Juegos Olímpicos de Turín 2006, en la que ni siquiera se puede hablar de fracaso porque, realmente, nuestro país continúa en su pozo histórico. No hay más.

España comenzó su periplo invernal en 1936 y desde entonces ha disputado 17 ediciones con 161 participantes. La cosecha son dos medallas, el oro de Paco Fernández Ochoa en 1972 y el bronce de su hermana Blanca en 1992, y seis diplomas: dos cuartos (Jordi Font en 2006 y bobs a dos en 1956), un quinto (Blanca en 1998) y tres sextos (Rienda en 2002, Blanca en 1984 y el bobs a cuatro en 1956). La historia canta.

La Selección vino con 16 deportistas (la tercera presencia más alta de siempre), que sumaron 28 participaciones y obtuvieron como mejor resultado el inesperado cuarto puesto de Jordi Font, que se metió en la final de boardercross (snowboard) con un hombro dislocado. La única esperanza de medalla era María José Rienda, que había ganado cinco de sus nueve últimos gigantes, pero un mal día sepultó sus opciones.

También tuvieron meritorias apariciones los fondistas. Además del pundonor de JJ Gutiérrez, sus sucesores compitieron con dignidad. Diego Ruiz (23º en 50 km) y Vincenç Vilarrubla (32º en 30 km) tienen 25 y 28 años, respectivamente, en un deporte donde se alcanza la madurez sobre los 30. Otra esperanza la brinda Queralt Castellet, más por su edad de 16 años y por su desparpajo, que por su 26º puesto en half pipe.

Eduardo Roldán, presidente de la Federación de Deportes de Invierno, asume las posibles críticas, sobre todo en lo referente a los jóvenes que navegaron por las últimas plazas: "Estoy orgulloso del equipo. Las clasificaciones más modestas estaban asumidas. Se está trabajando bien y los resultados llegarán a más largo plazo, quizá en Vancouver 2010".