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Ciclismo | Tour de Francia

Totsching gana la etapa y Armstrong refuerza su liderato

El norteamericano Lance Armstrong, que entró en meta en segunda posición a 59 segundos, continúa como líder de la carrera.

<b>INCREÍBLE.</b> El corredor austríaco Georg Totsching (Gerolsteiner), de 34 años, parecía no creerse en la línea de meta su victoriaen la decimocuarta etapa del Tour de Francia en una jornada muy dura con seis puertos en los Pirineos y 220,5 kilómetros de recorrido.
REUTERS

El austríaco Georg Totschnig, del equipo Gerolsteiner, sacó provecho de una maratoniana escapada de principio a fin y se apuntó la primera etapa pirenaica, disputada entre Agde y Les Domaines, de 220 kilómetros, en la que Armstrong aguantó la rebelión de sus rivales y aún aumentó la ventaja en la general con su segunda plaza en meta.

Totschnig, de 34 años, un veterano escalador que afronta su séptima participación, se metió en una numerosa escapada de 15 corredores en el km 7 y en el Col des Pilheres (km 176) atacó para ir reduciendo la lista de adversarios. En solitario llegó al puerto final y mantuvo ventaja suficiente para materializar su sueño de ganar una etapa en el Tour. Se alzó victorioso con un tiempo de 5h.43.43, en el mismo lugar donde el español Carlos Sastre venció en 2003.

Detrás del eterno campeón de Austria (6 títulos adornan su palmarés), y séptimo de la general el año pasado en el Tour, se presentó Lance Armstrong a 56 segundos y tercero el italiano Ivan Basso a 58. La cuarta plaza le correspondió a Ullrich, quien cedió en el último kilómetro ante el empuje del americano, que impuso un ritmo muy vivo y arañó algunos segundos a sus inmediatos rivales.

Mancebo aguanta en la distancia

Rasmussen, en apuros a pesar de jugar en su terreno montañoso, cruzó la meta junto a Paco Mancebo a 1.47, de esta manera Armstrong, salvó la etapa en al que sufrió el acoso del T-Mobile y de Basso con otro pellizco que modifica la general a su favor.

El texano afrontará la etapa reina del Tour, la que más le preocupa, con Rasmussen a 1.41, Basso a 2.46 y Ullrich a 4.34. Mancebo lidera el bando español, séptimo, a 5.03.

Hubo escapada consentida en los primeros compases de la etapa, que nacía con un tremendo calor, y otra vez con los españoles Oscar Pereiro y el campeón de España Juan Manuel Gárate como protagonistas, como es habitual en la presente edición. El permiso del pelotón generó diferencias de hasta 10 minutos hasta el pie del Col de Pailheres, donde Totschnig decidió buscar la gloria y apostar todo a un número.

El T-Mobile lanzó dejó a Armstrong sin compañeros

En el grupo de favoritos por fin se movió el frente antiArmstrong con el T-Mobile encendiendo la mecha. Primero saltó Vinokurov sin los efectos deseados. Al instante Basso encontró piernas y soltó un latigazo que obtuvo respuesta en Ullrich pero no en Armstrong. Ambos, incrédulos por ver por detrás el maillot del líder, tiraron a reventar, pero todo fue un espejismo. El texano se levantó de la bicicleta y en unos metros alcanzó a los osados rivales.

La maniobra sirvió para seleccionar el grupo de favoritos. Vinokurov se entregó rezagado al sufrimiento, Rasmussen mostraba debilidad con su maillot de lunares y Mancebo y Kloeden decidieron hacer grupo.

El conjunto puntero se llenó de estadounidenses. Con Armstrong viajaban además Leipheimer (Gerolsteiner) y Landis (Phonak). Con acento americano pasó el grupo por la cima del puerto a 3.48 y con 30 kms por delante. Quedaba el asalto final a Ax-3 Les Domaines. En el descenso hubo una efímera reagrupación con el grupo de Mancebo, pero las primeras pendientes del puerto final volvió a efectuar la selección natural.

Armstrong pasó por encima de todos

Ya en materia, y mientras Totschnig se lanzaba hacia la gloria aguantando el acelerón de los perseguidores, Basso volvió a subirse a las barbas de Armstrong a 5 kms de meta. El impulso del líder del CSC solo sirvió para reventar a Ullrich, porque Armstrong ni se inmutó.

Con el jefe en ese plan, todo quedó a su merced y sucedió lo esperado. Arrancó en los últimos 800 metros y fue segundo arañando dos simbólicos a Basso. Una escena para marcar el territorio, una vez más. El austríaco ya se había arreglado para subir al podio y celebrar su éxito más sonado.