Juegos del Mediterráneo Almería 2005 | Natación
Sara: dos medallas en 10 minutos ante Gadhafi
El hijo del líder libio, contra el racismo, la xenofobia y la violencia.
Tiene 17 años y una sonrisa contagiosa Sara Pérez, la Arantxa del agua. Ayer dejó boquiabierta La Almadrabilla al ganar el oro de los 200 braza y el bronce de los 400 estilos en diez minutos. Esfuerzo que Ronaldo, ejemplo clásico, no resistiría. Pero tampoco Puyol, que viene a ser en todo el anti Ronaldo. Entre los asombrados estuvo Mohamed Muamar Algadafi, uno de los hijos del líder libio, aquí Gadhafi. Es el secretario del comité olímpico de su país y se rindió ante la nueva Sarita de España, que protagoniza un caso curioso: a la vuelta del Mundial de Canadá (julio), la operarán en los isquiotibiales para descomprimirlos. Resulta que los tiene muy apretados y con la intervención conseguirán que esos músculos trabajen mejor y logre mejores marcas. Ayer batió el récord de España y el de los Juegos Mediterráneos en los 200 braza y eso que no ha hecho lo que llaman "puesta a punto", pues su gran objetivo es el mencionado Mundial.
Protagonistas.
Sara fue la heroína del día y Algadafi, el protagonista. "Estoy aquí para impulsar el entendimiento de los pueblos del Mediterráneo a través del Deporte, excelente vehículo para luchar contra la violencia, el racismo y la xenofobia. La natación es uno de mis deportes preferidos; el otro es el fútbol y sigo mucho la Liga española, en especial lo que hace el Barcelona", explicó a AS.
Ustedes recordarán que su hermano Seiff Al Islam alquiló una tarde el Camp Nou para jugar contra el Barça, tiene acciones de la Juventus y llegó a tener ficha en el Perugia. "A mí me motivan más estas tareas directivas para el progreso del deporte en Libia. Como saben, mi país sufrió un tremendo boicot social y económico que asfixió también a nuestros deportistas. Ahora luchamos por reorganizarlo e ir incorporándolo a la escena internacional". Algadafi no suelta prenda sobre la cosa del 2012, pero es probable que tarde en dejar Almería. El jamón no lo probará, pero el Riojilla Es caso es que las gentes del COI y demás autoridades están requetecomprobando que España, como Maljkovic, no hay ninguna y que ni en París ni en Londres les van a dar la bola de aquí y van a poder vivir lo que vivimos anteanoche en un restaurante de Roquetas: un grupito de la familia olímpica llegó a cenar sobre las doce y se zamparon: a) arroz de pescado, b) chuletones c) pescaíto d) jamón of course, e) calamares diésel y f) toda suerte de sorbetes, que eso dicen baja la comida. Probablemente se la volvió a subir el güisquillo y demás con que acabaron sobre las dos de la madrugada.
En la calle, el ambiente era el de las doce del día en París y/o Londres y las mujeres andaluzas, un decorado que ni pintado por el gran Sorolla; la andaluza es como un triple de Alberto Herreros en el último segundo: definitivo. Total: que sí, que esto de la votación olímpica es una cosa individual y los señores y señoras del COI votan según su leal saber y entender, sus fobias, sus filias y, desde luego, su estómago: como me dijo un día Josep Lluís Vilaseca, vicepresidente que fue del Comité Organizador de Barcelona-92, "el jamón y el buen vino hacen milagros". No lo fue ver ganar a Rafa Martínez el oro en el concurso completo de gimnasia. Fue la medalla 51 de España: queremos más.