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Juegos del Mediterráneo Almería 2005 | Gimnasia Artística

Martínez y Carballo dan el primer oro a España

Clara victoria sobre las selecciones de Italia y Francia

<b>PRIMERA ALEGRÍA. </b>El equipo masculino de gimnasia conquistó el primer oro de su historia en los Juegos Mediterráneos .

La gimmasia artística masculina española subió al fin donde debió estar antes en los Juegos del Mediterráneo. Porque es de oro. Rafael Martínez, el galáctico de Móstoles (que así lo llaman por la calle allí, según él mismo, para ir haciéndole la competencia a Iker Casillas), Manuel Carballo, Iván San Miguel, Andreu Vivó y Víctor Cano completaron un concurso exquisito y dominaron la competición con una facilidad insultante.

Crecido por su éxito en Debrecen (Hungría), donde tomó el relevo de Joaquín Blume (el último español que había ganado un concurso individual completo en un Europeo), Martínez exhibió unas condiciones superlativas. Las mismas que ya le permitieron estar a la altura de los mejores en los Juegos Olímpicos de Atenas (aunque sonó más Gervasio Deferr). Su crecimiento como gimnasta, imparable, hizo volar a la selección, que durante todas las rotaciones miró por encima a Italia, Francia, sus rivales de siempre, esta vez más imprecisos que en otras ocasiones, inseguros. Martínez completó un ejercicio de suelo memorable, casi perfecto.

El Palacio de Deportes del Mediterráneo, que tiene toda la pinta de convertirse en un semillero de medallas en el concurso individual, se rindió al madrileño. Martínez se compenetró a la perfección con Manuel Carballo, el hermanísimo de Jesús, un gimnasta apolíneo y tranquilo, justo como manda la tradición de la familia. Ni Martínez ni Carballo fallaron en ningún ejercicio de la rotación, mientras que San Miguel, Vivó y Cano se fueron alternando en función de sus perfiles.

España quedó emparejada con Italia en las rotaciones y desde el primer aparato, el potro, sentó las bases del triunfo. Acabó en las anillas con otros dos ejercicios primorosos de las estrellas nacionales. Esta vez allí no sufrieron ni los brazos. Fue un festival. Al fin, España, con 165,725 puntos era oro en los Juegos del Mediterráneo.