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Juegos Mediterráneos Almería 2005 | La idea

Los Juegos se gestaron encima de una servilleta

Un político y un periodista dieron forma al proyecto

Raquel Fornieles
<b>PROYECTO. </b>Antonio y José María emulan la historia 15 años después.
carlos barba

Esta historia no tiene nada que ver con la declaración de intenciones que hizo Florentino Pérez a Zinedine Zidane cuando le propuso que jugara en el Real Madrid a través de un mensaje en una servilleta, pero está protagonizada por un papel similar y también acaba con final feliz: los Juegos Mediterráneos Almería 2005.

El bar Bahía de Palma, en la plaza de la Administración Vieja de Almería, pasará a la historia como testigo de lujo. Allí, en junio de 1990, dos amigos (un político y un periodista) se tomaban una cañas tras una sesión municipal celebraba en el Ayuntamiento. Eran José María Granados, redactor de deportes de Ideal, y Antonio Sáez Lozano, concejal del Partido Popular.

Cansados de que Almería solamente saliera en los informativos nacionales por culpa de sucesos desagradables ("un asesinato, un altercado y otro asesinato..."), José María propuso a Antonio que pensaran en algo positivo para comenzar a fraguar un proyecto que dejara huella en toda España.

En aquellos días, los preparativos de los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla estaban de moda y por ahí podían ir los tiros. "¿Por qué no planteáis desde el Ayuntamiento la candidatura de Almería para los Juegos Mediterráneos?", sugirió José María. Entonces, Antonio cogió una servilleta del bar y comenzó a tomar notas. "Casi sin darnos cuenta estábamos redactando la moción que semanas después se llevaría al Pleno de la Corporación", recuerdan ahora.

Un mes más tarde (10 de julio del 90), se aprobó la moción por unanimidad en el Ayuntamiento. Pero el trabajo duro no empezó hasta 1995. Entre los meses de enero y abril, se elaboró el plan de estructuras de Almería, con la única intención de demostrar que la ciudad estaba capacitada para albergar un evento tan importante como éste. Poco después, una delegación almeriense se desplazó a Bari, a la Asamblea de los Juegos Mediterráneos, para presentar la candidatura. Hubo que esperar dos años, hasta mayo de 1997, para que el Comité Ejecutivo del COE designara a Almería como candidata española para los Juegos del 2005.

La Fiesta.

La decisión final se tomaría el 28 de abril de 1999. El Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos, reunido en Túnez, hizo oficial la designación: "Los Juegos del 2005 se celebrarán en... Almería". La ciudad entera salió a las calles para celebrarlo. Se había alcanzado el sueño y los almerienses se concienciaron de que tenían por delante la oportunidad de mostrar su ciudad a todo el mundo.

En mayo de 2001 se iniciaron las obras de la Villa Mediterránea y, a partir de entonces, todo fue rodado. Los niños, en un concurso en los colegios, eligieron a un Indalo de colores como mascota y la llamaron Indalete. Almería se ha vestido de gala para la ocasión. Han mejorado sus infraestructuras y se ha modernizado. Han pasado 15 años, y José María Granados (que sigue ejerciendo el periodismo) y Antonio Sáez Lozano (actualmente lejos de la política, al mando de una gasolinera) asisten orgullosos a lo que, en principio, surgió como un sueño y se ha convertido en realidad: "Pusimos nuestro granito de arena"...