Guillermo Timoner
"Para dejar la bicicleta tendría que morirme""
En su casa de Felanitx, rodeado de recuerdos, Guillermo Timoner agradece la visita de AS. Y explica el porqué: "En 2005 hace 60 años que gané mi primer Campeonato de España en Tortosa; 50 de mi primer Mundial en Milán y 40 de mi sexto y último Mundial en San Sebastián. Todo fue en 5".
¿Cómo se encuentra usted, señor Timoner?
Bien... Lo que ocurre es que este mes cumplo 79 años y tengo la misma sensación que cuando en una carrera ves la pancarta de diez kilómetros a meta.
Pues tiene un aspecto muy saludable.
Me cuido mucho. Nunca he dejado de montar en bicicleta. Para quitármela, tendría que morirme. Yo considero que es una droga. No puedo vivir sin ella. (Timoner se levanta y busca un cuaderno entre las numerosas carpetas que apila en su despacho). Mire usted, aquí anoto mis entrenamientos: ayer hice 120 minutos de rodillo, anteayer, tres horas...
¡Sale usted todos días!
Salir a la carretera, sólo los fines de semana, pero hago rodillo a diario. Miren ustedes, tengo la bicicleta allí montada. (Timoner sale del despacho y nos dirige a la parte superior de su tienda, donde ha instalado una bicicleta. Enfrente tiene un espejo y una televisión. A la derecha, otro espejo y una radio).
¿Para qué quiere los espejos?
Porque mucha gente viene y me dice: "Yo le vi correr aquí, le vi correr allá...". Pero yo nunca vi correr a Timoner, así que por eso puse los espejos, para verme.
¿Y la televisión?
¿Sabe usted que yo veo todo el ciclismo que televisan mientras hago rodillo? Cuando empieza la retransmisión me subo a la bicicleta y no me bajo hasta que termina. Así que anualmente corro el Tour, la Vuelta, las clásicas... Todo lo que echan. Hay días que hago cinco o seis horas, porque hay etapas de montaña del Tour que se televisan íntegras. (El séxtuple campeón mundial se sube a la bici y habla a la par que pedalea).
Entonces, ¿qué le pareció la Selección de pista en Atenas?
Tenemos muy buenos corredores. Yo felicité a Jaume Mas por sus resultados olímpicos en una columna de AS. Quedaron estupendamente bien, después del poco trabajo que se hace en España. Luego él me llamó desde Atenas y me dio las gracias.
¿Y quién le gusta en ruta?
Hay un plantel muy bueno. Entre Valverde, Mancebo, Freire... También estoy contento de que hemos vuelto a las clásicas, que se habían olvidado. En Holanda y Bélgica dicen que son más importantes que las vueltas, porque en las clásicas siempre tienes que llegar primero, mientras que las vueltas puedes ganarlas sin vencer ningún día.
Quizá en este país no se ha valorado suficiente a Poblet.
Se le ha olvidado, porque en sus tiempos sólo estaba él.
Miguel Poblet y usted formaron pareja en americana, ¿no?
Poblet y yo hemos sido la mejor pareja española, pero también Miguel Bover, porque la americana la hacíamos entre tres (Mientras se produce la conversación, varios cicloturistas extranjeros han entrado en la tienda. Empiezan a curiosearlo todo, se hacen fotos con Timoner...)
¿Este chorreo de gente es algo habitual?
Sí. Viene gente a visitarme prácticamente a diario, como si la tienda fuera una atracción turística de la isla. ¡Si viera las fotografías que después me mandan...! Hacen fotos y disfrutan. Mi historial fuerte lo logré en el extranjero. Por eso me vienen a ver más gente de fuera que de España. Yo he tenido peñas de aficionados en Suiza, por ejemplo.
¿No le visitan ciclistas españoles durante la Challenge de Mallorca?
No. Vienen alemanes, pero Indurain o Delgado, por ejemplo, no han estado nunca. Pero tampoco me molesta, porque ellos pasan en grupo entrenándose, mientras que los extranjeros están de vacaciones. (Uno de los cicloturistas compra un maillot de la Selección y le pide a Timoner que se lo firme).
¿Tiene usted la tienda en funcionamiento o no?
¡Qué va! Está sólo por si los amigos quieren arreglar alguna bici, pero también la mantengo abierta para que la gente venga a verme. Si alguno quiere un recuerdo, se lo vendo. Muchos llegan y me dicen que sus abuelos les llevaban al velódromo, pero yo ya les veo muy grandes. (Timoner se dirige a los cicloturistas y presume de su físico: "Yo deporte y no médico").
¿Qué ha querido decir con "yo deporte y no médico"?
Lo que digo es que mucha gente de mi edad, y hasta más jóvenes, van al médico por el colesterol y esas cosas, pero yo elimino grasas haciendo deporte. Lo que digo es que yo no voy de médicos, no lo necesito.
Me había sorprendido. Pensaba que hablaba de dopaje.
No. En mis tiempos, yo nunca he oído hablar cosas de dóping. ¿Por qué se necesita ahora un médico? Los médicos son para curar enfermos. Si la gente está sana, ¿para qué sirve? Yo sabía que comer bien era lo mejor para la salud. Así que he comido de todo, pero sin abusar de nada. Ese era mi dóping.
Su paisano Joan Llaneras tiene cinco Mundiales y un oro olímpico. Ya le ha igualado...
No me ha igualado... A Llaneras le tengo mucho aprecio, vive a doce kilómetros de mí y le conozco desde siempre. De niño quería ser grande y lo ha sido. Pero no se puede comparar una especialidad con otra, un tiempo con otro... Además, hay una cosa que ya no me quitarán: soy el primer ciclista español que fui campeón del mundo.
Usted ha sido un pionero y, claro, las épocas también son muy diferentes.
Mucho. Yo fui un emigrante, me tuve que ir al extranjero... No tenía ayudas, ni ADO. Si ganaba carreras, ganaba dinero. Si no, nada. Mire usted, a mí Franco me recibió en El Pardo cinco veces y siempre me tuve que pagar los gastos de mi bolsillo.
¿Franco no se estiraba?
Yo estoy satisfecho con que Franco me recibiera, como después el Rey me concedió la Real Orden. Pero lo que quiero decir es que ahora pagan todo. Franco me llamaba para felicitarme. Me daba un hora, un día, y ahí tenías que estar. Pero no te pagaba el viaje. Ha cambiado mucho.
¿La pista le daba para vivir?
Yo gané mucho dinero, pero ganando carreras. Luego tenía que pagar hoteles, apoderado, material... Del contrato te quedaba el 25%. (La entrevista se desarrolla otra vez en su despacho. Timoner abre una carpeta y allí tiene todo guardado: facturas, felicitaciones...). En el año 50 yo ya estaba en el extranjero. Me fui con Miguel Gual y vivíamos en casa de Lucien Acou... ¿Sabe usted quién era?
Dígame...
Acou terminó siendo el suegro de Eddy Merckx. Tenía dos niñas pequeñas y una de ellas acabó siendo su mujer. Lo tengo todo (Se levanta, busca un álbum y muestra una foto de una niña en sus rodillas: "Era ésta").
¡Qué curioso! ¿Y por qué el ciclismo de ruta tiene ahora más gancho? ¿Qué ha pasado?
Es que la televisión ha ayudado mucho. En 1955, cuando gané el primer Mundial, corrí la revancha en Amsterdam y la casa Phillips me regaló un televisor, pero yo no me lo traje porque en España todavía no existía, aún estaban haciendo pruebas en Madrid. La televisión empezó en España en 1956. Yo tenía el televisor antes de que existiera en mi país. Todo ha cambiado mucho. Todo...