Ciclismo | Exposición permanente
Universo Bahamontes
Las instalaciones de la empresa Würth, en Seseña Nueva (Toledo), albergan una exposición de ciclismo en la que destaca el material coleccionado y hasta restaurado por Federico Martín Bahamontes durante sesenta años. La ONCE y el Liberty aportan, por contraste, la modernidad.
En el kilómetro 33,5 de la N-IV dirección a Andalucía, en el término municipal de la toledana Seseña Nueva, en las instalaciones de la sede Centro-Sur de la empresa Würth hay un tesoro deportivo escondido. Aunque se inauguró el 1 de septiembre del año pasado, todavía no se ha popularizado la Exposición de Ciclismo de Ayer y de Hoy, un museo de la bicicleta soportado en dos pilares: el universo de Federico Martín Bahamontes, el Águila de Toledo, y el equipo ONCE (ahora Liberty).
Würth, una empresa alemana de accesorios de montaje para automoción, contrucción o madera, patrocina desde 2000 a la ONCE. Y desde 2003 también la Vuelta a Toledo, que organiza Bahamontes. Surgió la idea de aprovechar los 1.100 metros cuadrados que hay en la recepción. "Entonces fue Pablo Antón (mánager del equipo ciclista) quien dio el chivatazo de que yo guardaba muchas cosas en mi finca de Argés", cuenta Fede.
Las joyas.
Bahamontes ha coleccionado joyas, la mayoría expuestas ahora en el museo. Entre ellas hay once bicicletas personales, incluidas la que utilizaba para el estraperlo o la que le sirvió para ganar el Tour en 1959, y otras 26 que ha ido adquiriendo y restaurando. En total, 37. Pero también hay fotografías, maillots, recortes de prensa, cuadros o poemas dedicados a ensalzar su figura.
Fede se ha animado tanto que está gestionando personalmente la petición de material a otros históricos. Allí se exponen ya bicicletas de Poblet, Indurain, Julio Jiménez, Berrendero... "Están de camino las de Freire y Somarriba, y nos faltan las de Delgado, Astarloa y la del Mundial de Olano", se ilusiona el campeón. "Nos estamos planteando ponerle una mesa a Bahamontes", añade, bromista, Alberto Arenas, gerente territorial de Würth.
Al otro lado de la sala, las bicicletas de la ONCE, junto a algunos recuertos de Unipublic, forman otro ambiente. Es el contraste de la modernidad con el universo de Martín Bahamontes.