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Juegos Paralímpicos | Atletismo

Un antiguo rival de Fermín Cacho en la delegación

Iván Hompanera vive sus segundos Paralímpicos

<b>ORO EN SYDNEY. </b>Hompanera fue campeón olímpico en 800 y 5.000.

En los noventa, Iván Hompanera (Barcelona, 26-1-1969) coincidió en unas cuantas pruebas con Fermín Cacho y fue testigo del inicio de la carrera deportiva de Reyes Estévez con el que coincidió parte del tiempo que estuvo en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (1990-1994). Sus mejores tiempos en aquellos años estaban en 8:15 en 3.000 metros, 14:05 en 5.000 y 28:58 en 10.000 metros. Pero la vida le alejó del atletismo de alta competición en 1995. Un accidente en el verano de aquel año, cuando viajaba de Barcelona a Asturias para reencontrarse con su mujer Mari Cruz Díaz, atleta y embarazada, entonces, de pocos meses del hijo de ambos, Rafa, le provocó una parálisis cerebral. Estuvo un mes en coma en un hospital de Navarra y un año en el hospital barcelonés de Vall dHebron donde volvió a andar después de pasar por la silla de ruedas y las muletas. Apenas un año después, Iván y Mari Cruz se separaron.

Éstos son los segundos Juegos Paralímpicos de Iván. En Sydney fue oro en las pruebas de 800 y 5.000 metros. El martes corrió los 800 metros y fue quinto, algo inexplicable, porque la marca que hizo (2:13.30) se aleja mucho de sus mejores tiempos (2:05.18).

Pero lo peor de estos Juegos es que no podrá revalidar el oro en los 5.000 metros, su prueba, ya que el Comité Paralímpico Internacional la ha eliminado en su categoría de discapacidad. Ahora su esperanza de medalla pasa por el relevo 4x400. Hubiera podido correr incluso el maratón, pero también lo han quitado, se lamenta Hompanera.

Estuvo en coma en 1995

Iván, a sus 35 años, confiesa que su vida ha dado tantas vueltas que ya sólo se plantea vivir día a día. Estuvo en el CAR de Sant Cugat en una de las etapas más felices de su vida. Después, cuando las carreras no le daban lo suficiente para vivir, se hizo soldado profesional y gracias a su paso por el ejército percibe una pensión vitalicia. La vida es una sucesión de cosas buenas y malas. Ahora soy un privilegiado porque por mi situación económica me permite entrenarme lo que quiero, concluye.