Yo digo J. J. Santos

Lo nuestro, pata negra

J.J.Santos
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Lejos quedan aquellos tiempos en los que mirábamos embobados al primer forastero que llegaba con palabrería fácil y métodos revolucionarios. Todos ellos habían descubierto la pólvora y los nuestros eran unos paletos iletrados que sólo recurría n a la testiculina para sacar el máximo rendimiento de sus jugadores. Ha costado, pero la farsa hace tiempo que se acabó. En esa labor pasarán a la historia técnicos como Luis, Irureta, Clemente (sí, Clemente, aunque él sonría cuando lea esta cita), Del Bosque, o Benítez. No quiero que otros muchos se sientan ofendidos por la omisión, pero si seguimos apuntando nombres harían falta un par de artículos más. No hace tanto que nuestros entrenadores tenían que conformarse con ser ayudantes del que llegaba del extranjero.

Falta aprobar otra asignatura fundamental, la de la paciencia. No es normal que más de la mitad de los que comenzaron trabajando el pasado año en Primera estén en el paro. Sigue existiendo precipitación e ignorancia en los que mandan. Nadie se plantea firmar a un técnico por cinco años y mucho menos se les pasa por la cabeza que, de firmarse, se pueda cumplir. Y ahí está el error más grave. ¿Estaría el Celta en Segunda si, cuando iban mal las cosas, en vez de echar a Lotina se le renueva por varias temporadas? Seguro que no. La excepción que confirma la regla la encontramos en Irureta y el Deportivo. Y ahí están los resultados. O en Rafa Benítez, que pese a tener al enemigo en casa, ganó dos Ligas en tres años. Por tanto la fórmula es sencilla: producto nacional y continuidad. Así de simple.

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