NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

La inminente contratación de Emerson Ferreira responde a la nueva y enérgica política de fichajes impuesta por Camacho. Se lo dijo personalmente a Florentino el pasado viernes: "Presi, en el centro del campo necesitamos un jugador fuerte que recupere balones, que presione, que se deje la vida, que asuma el trabajo sucio, que no se arrugue, que sea un ganador. Un Emerson, por ejemplo...". Florentino, que está cautivado por la hiperactividad de su nuevo entrenador (justo lo contrario del funcionarismo pasota de Queiroz), se ha puesto en faena y ya tiene acorralado al doberman brasileño del Roma. Emerson ha hecho mil millas esta temporada en esa Roma en la que Totti (otro futurible blanco) se ha colgado todas las medallas.

Emerson es recordado por muchos por la estúpida lesión que sufrió en la víspera del Mundial de Corea y Japón, al intentar ser Casillas por un día. Pero yo soy más optimista y no olvido el golazo que le metió a Reina hace dos años en el Olímpico de Roma. Un tirazo de Emerson abrió la lata en la goleada que el patético Barça de Van Gaal sufrió con estrépito (3-0). Les aseguro que el fichaje de Emerson y el de Samuel no convierte al Madrid de Camacho en un correccional de inadaptados sociales. Simplemente, entre tanto glamour y galáctico hacía falta gente como Stielike. De hecho, Emerson tiene una abuela alemana y eso lo convierte en comunitario. Mejor. Uno de los nuestros.