Primera | Real Madrid
Torrejón-Bruselas-Albacete-Almansa-Albacete-Madrid
Florentino hizo ayer un maratón para ir al G-14 y después a la tumba de Bernabéu
Ni Zapatero ni Aznar en plena campaña electoral habrán vivido jamás un día de locos tan estresante y taquicárdico como el que ayer tuvo que afrontar Florentino Pérez. AS pudo compartir su periplo por el eje Madrid-Bruselas-Albacete-Almansa-Madrid, en una agenda plagada de compromisos institucionales y citas con la historia sagrada del club (Santiago Bernabéu in memoriam). Para el todavía presidente blanco, dimitirá el próximo día 11, su particular maratón empezó a las siete de la mañana en el aeropuerto civil de Torrejón. Sí, ese que frecuentan Ronaldo, Beckham, Figo o Roberto Carlos como si fuese su segunda casa. Allí se subió a un pequeño avión de cuatro plazas. De Madrid al cielo. No era el Air Force One de Bush, pero es funcional. A Florentino le vale.
A las 10 de la mañana aterrizaba en Bruselas. Lluvia torrencial y 12 grados de temperatura. Una furgoneta le esperaba para conducirle al Hotel Crowne Plaza de la capital belga, donde poco después empezó la reunión del G-14 que él mismo preside. Allí tuvo ocasión Florentino de consolar (sin lágrimas) a Jaime Ortí por la explosiva marcha de Rafa Benítez.
Mundialito. Los miembros del G-14 coincidieron en su renuncia a aceptar el deseo de la FIFA de celebrar en 2005 el Mundialito de Clubes. Una competición desprestigiada. No cuela.
Florentino tuvo tiempo de bromear al final de la cumbre con sus colegas del Manchester (David Gill) y Arsenal (David Dein). "¿Tenéis en venta a Henry? ¿Y a Van Nistelrooy? De Viera ni hablamos...". La respuesta era gráfica: "No, now guard" ("No, ahora toca guardar lo que tenemos. No vendemos"). Eso sí, ambos le preguntaron por Morientes y Florentino se vengó: "¿Queréis al mejor goleador de la Champions? Very much money...".
Salió escopetado de allí a las dos de la tarde. ¿Comida? Un rollito de primavera tamaño dedo meñique y una tira de pechuga de pollo engullidos a la carrera. De nuevo al avión infatigable y ¡rumbo a Albacete! A las cinco de la tarde, el aeródromo militar de Los Llanos le acogía. Otro coche oficial, turbo a 200 por hora y en un suspiro ya estaba en Almansa, la Tierra Sagrada de Don Santiago Bernabéu. Ayer se cumplían 26 años de su muerte. Viejas glorias como Di Stéfano, Amancio y Antonio Ruiz, el alcalde de Almansa (Antonio Callado) y el presidente de la Peña Almansa (José Jiménez) le escoltaron. Fray Jerónimo ofreció un Padrenuestro antes de que Florentino rindiese culto al mito: "Bernabéu fue un hombre que hizo un club lleno de valores y virtudes. Cada vez que tengo alguna duda me fijo en lo que él hizo y eso me ha ayudado mucho en estos cuatros años".
Retorno a Albacete por carretera y cuarto vuelo de la jornada. 19:35 horas. ¡Por fin en el Foro! Le esperaban el alcalde Gallardón y Maragall en el Círculo de Bellas Artes. Y después cenó en el Club Siglo XXI con el presidente del Banco de Sabadell. Me agoto. Esto no es vida.