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Dos penaltis para reflexionar

Un penalti a Ronaldinho fuera del área y victoria del Barça por un gol, nacido de ese penalti. Un penalti contra el Madrid que no es (el balón va a la mano tras rebotar en Mejía y en la propia rodilla de Helguera) y el Madrid que pierde por un gol, dos a uno. No pasa nada. El Madrid es tercero por su mala cabeza, no por esa coincidencia de equivocaciones que valió tres puntos: dos más para el Barça y uno menos para el Madrid. No pasa nada, insisto. Pero ¿imaginan que hubiera sido al revés, que el Madrid se mantuviera segundo por errores inversos? ¿Qué no estaríamos oyendo y leyendo?

Saco esto no en busca de disculpas para el Madrid, que no las merece, sino para aliviar el victimismo que históricamente aflige a sus rivales. Y buena forma de hacerlo es recordar estos casos en los que los favorecidos son ellos y el perjudicado es el Madrid. Hay para todos y a la larga todo se equilibra. Y el victimismo castiga sobre todo al que lo practica, porque ofrece justificaciones para bajar los brazos. La histeria artificial que montó el valencianismo con el penalti de Marchena a Raúl le distrajo tanto que le retrasó a ocho puntos. Cuando se olvidó de eso, despegó de nuevo.

Y se vio que la Liga no estaba preparada para que el Madrid fuera campeón. La Liga está siempre preparada para que sea campeón el mejor, en este caso el Valencia. Lo que se dijo en su día equivaldría a que hoy el Madrid dijera que la Liga está preparada para que el Barça sea segundo. No lo dice porque sabe que no es así. La Liga está preparada para que cada cual quede en su sitio, según su talento y su trabajo. El Madrid iba primero y ahora va para cuarto por su mala cabeza, no por tal o cual penalti bien o mal pitado. Y en esa visión de las cosas el Madrid sigue siendo el mejor.