La última oportunidad

Se acabó. El sábado a las ocho se juega el Valladolid su ser o no ser en Primera. Es la última oportunidad que les queda a los de Santos. Empatar o perder significa el pasaporte para Segunda. Es probable que, en ese caso, la certificación matemática se produjera el mismo domingo. La realidad es así de clara y así de dura. Pero la otra parte de la verdad de esta situación es que el Valladolid si gana en el Ruiz de Lopera estará vivo. Podría darse la circunstancia de que una victoria en Sevilla combinada con algún que otro resultado, le dejara a tiro de piedra para salvarse ante el Villarreal. La cosa está difícil, pero hay que jugarlo.

El Valladolid lleva sin ganar desde el 14 de marzo. El mismo día en que ganó Zapatero conoció por última vez el sabor del triunfo. Ante tal sequía, es normal que el pesimismo cunda entre la afición. Pero los seguidores quieren agarrarse al clavo ardiendo de la permanencia y quieren ver a su equipo dejarse la piel en el intento. Ese espíritu de acabar con ocho sobre el campo ante la Real y aguantando el empate es el que le puede dejar todavía en Primera al Valladolid. El gran problema es que ya no depende de sí mismo. Ése es su gran pecado, cuando hace dos meses estaba literalmente salvado. En Sevilla no se puede fallar como fallaron Bizzarri, Peña o Megía Dávila ante la Real.