La aventura malaya

Alta traición. Como decía mi abuelo Fernando (un hincha fiel del Athletic que respetaba al Madrid por "ese Pirri que los tiene buen puestos y es un caballero"), en la vida es mejor abrir el paraguas y encerrarse en la concha cuando vienen mal dadas. Supe que perderíamos cuando en el arranque del apasionante clásico la publicidad del marcador electrónico mostraba la portada del número de Interviú que hoy podrán adquirir en los kioscos. "Sarah Marbeck, la aventura malaya de Beckham". Estoy seguro de que los responsables jerárquicos del club desconocían el detalle, porque es inadmisible que te estés jugando la Liga y por un puñado de euros estén anunciando desde la cocina de tu propia casa que eres infiel a la mujer, Victoria Adams, que apareció rumbosa en el palco de invitados. Quiero pensar que a Posh no se le ocurrió mirar hacia el panel publicitario, que parecía financiado por Joan Laporta y sus compañeros de junta. Por cierto, a todos ellos se les vio en la noche del sábado en el Buda Bar, el garito nocturno más emblemático de los galácticos, disfrutando de Madrid la nuit. Son los nuevos tiempos. Es el momento ZP. El nuevo presidente del Gobierno hasta se mete a pitoniso y acierta: 1-2.

¿Cornada mortal? Si me duele el alma no es por haber recibido la cuarta cornada de los últimos dos meses (Zaragoza, Mónaco, Osasuna, Barcelona...), sino por haber constatado cómo la ilusión de miles de madridistas se ha difuminado a golpe de palos provocados por la mala administración de los recursos físicos de una plantilla que se bate en retirada. Y eso que su orgullo indomable le permitió tener contra las cuerdas al Ronaldinho Team durante más de 60 minutos... Uno veía ayer al pueblo convencido de la gran reacción. En el Asador Donostiarra, un grupo de sabios del fútbol me anunciaba la tormenta que cubriría de pesimismo el futuro inmediato de los galácticos. Evaristo, Alfredo, Huguet y Andrés lo veían venir... En un salón cercano, las mujeres de los jefes (Florentino, Laporta y Fefé) comían felices mientras sus mariditos hablaban de sus cosas en Jockey, en compañía de Joan Clos, alcalde de Barcelona, que disfrutó del lomo de lubina en papillote y la pechuga de pintada a la prensa. Es textual. Así rezaba un menú que sólo alimentó el espíritu culé de ese Barça que aspira a ganar la Liga. Esto es flipante.

¿Mancini por Queiroz? Esto de que el Madrid pierda partidos resulta alentador para valorar la cantidad de amigos que uno tiene. Mi móvil echó humo tras la injusta derrota y me quedo con este mensaje sin autoría: "Tomás, han apalabrado al entrenador del Lazio para el año que viene hace dos días. Entérate bien". El técnico es Mancini. Pero hoy no es el día. Bastante tengo con digerir el arbitraje malintencionado de Pérez Burrull. Figo tiene razón. ¿Qué vas a decir ahora, Ortí?