NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

El baloncesto no acudió al rescate

Esta vez el baloncesto no acudió al rescate. El madridismo estaba ilusionado con la posibilidad de este título menor, pero título al menos, que cortara la racha de decepciones que arrancó en Montjuïc. Pero no. Un mal partido, muy malo, de ese grupo inseguro, que mejora al impulso de Bennett, pero no lo bastante deprisa, acabó en derrota. El baloncesto cubrió brillantísimamente en los sesenta la decadencia del fútbol, cuando Di Stéfano, Puskas y demás declinaron. Luego ha tenido otras buenas épocas. Pero ahora no sirve ni para ganar una copa menor y dar un consuelo menor.

Y bien que le hubiera venido al Madrid, porque tanto revés consecutivo está haciendo perder la cabeza a más de uno. Ahora se ha organizado una concentración, reclusión, convivencia o como quiera llamarse en un paraíso turístico, pero eso sólo ha servido para aumentar las malas caras. Roberto Carlos ha sacado los pies por alto, pero no es el único que está enfadado. La mayoría consideran absurdo esto, para día y medio. Piensan que contribuye a señalarles como juerguistas irresponsables ante los aficionados y que añade tono de alarma a la situación alarmante de por sí.

En realidad, se entiende mal, y peor aún si la decisión no ha sido consensuada. Este grupo ha estado muy suelto y libre toda la temporada (no hizo esto ni nada parecido ni siquiera para la final de Copa) y hacerlo ahora, con casi todo perdido, suena más a castigo que a solución. Permitir tantos días sin entrenamiento que incluso ha habido que hacer distingos entre días libres y días de reposo, según comporten permiso o no para viajar al extranjero, y dar de repente este tirón de riendas con enfado general es un contrasentido. Hace pensar que se ha perdido la brújula.