Lissavetzky, hombre del deporte de ZP

Ya hay fumata blanca sobre la identidad del nuevo secretario de Estado para el Deporte. Se trata de Jaime Lissavetzky. Un currículum que superase la velocidad del sonido lo definiría así: madrileño, madridista y químico. Según pudo saber AS, el próximo Ejecutivo del Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero ha apostado por este político de 52 años curtido en el deporte gracias a los ocho años (1987-1995) que permaneció como Consejero de Cultura, Educación y Deportes de la Comunidad Autónoma de Madrid, tiempo en el que lideró el proyecto y la consumación del estadio de La Peineta para que se adecuase a la candidatura de la capital para los Mundiales de Atletismo de 1997. Lissavetzky es un confeso apasionado del deporte y simpatizante del Real Madrid. De hecho, desde abril de 2002 es Patrono de la Fundación del club blanco. Mantiene una buena relación con Florentino, con el que coincidió hace un año en la boda de la hija del presidente. Asimismo, entre 1996 y 1997 fue tertuliano del programa El Penalty de Onda Cero, en el que nunca escondió sus simpatías por el club de Chamartín.

Desde que se consumó el 14 de marzo la victoria electoral del PSOE, las quinielas sobre la decisión final de Zapatero en el capítulo del deporte han contado con varios candidatos. En esa carrera estuvieron bien colocados junto a Jaime Lissavetzky el director general de Deportes de Castilla-La Mancha, Javier Martín del Burgo, y Albert Batllé. Pero su talante renovador y su conocido interés por todo lo relacionado con el deporte han ayudado a encumbrar la candidatura de este madrileño hijo de asturiana y de ucraniano. Su padre nació en Kiev, la tierra de ese Dinamo que en 1999 eliminó a su querido Madrid de la Champions por culpa de un tal... Andrei Shevchenko. Lissavetzky ya tiene en su cabeza un plan de trabajo para reforzar el gran objetivo del deporte español: conseguir que Madrid sea la sede de los Juegos Olímpicos de 2012.