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Lógico que el Madrid sea la envidia de la huerta. Resulta significativo que el primer líder histórico de la Liga fuese el equipo que, pasados tres cuartos de siglo, reina en el palmarés del campeonato con una fidelidad hacia el primer puesto que ha sobrevivido a ocho décadas de cambios sociales y convulsiones políticas. Repaso el archivo y encuentro que en su debut liguero en el famoso año del crack de la Bolsa de Nueva York (1929), el Madrid le metiese una manita al Europa (5-0). Sintomático. Un equipo con ese nombre se rendía incondicionalmente al Madrid, al actual emperador de la Copa de Europa con nueve títulos... Un tal Jaime Lazcano Escola, un pamplonica intelectual al que apodaban El dramaturgo por su pasión por el teatro (aunque nadie le recuerda piscinazos en el área), marcó cuatro goles y Chamartín se rindió a sus pies.

Han transcurrido 75 años y la vida sigue igual. El Madrid ha cuidado a la Liga en todo este tiempo como si fuese un dragón de mil cabezas protegiendo el Santo Grial. Un total de 29 títulos de los 72 disputados (40% de fiabilidad) y 900 veces en el trono para regodeo de esa legión de fieles a la religión blanca. No deja de ser un número. Pero es mucho más. El Madrid ha copado 900 veces la portada de los diarios deportivos con una coletilla que refuerza su jerarquía: el 1º. No digo yo que sea el rey de reyes. Lo dice la Historia. Respetémosla.