Morientes aprovechó la oportunidad

Primero una queja en la que hay que insistir: no son horas. Este equipo es clandestino para los niños, que no saben que existe hasta que una vez cada dos años asoma la cabeza en una fase final. Ya sé que esto no es culpa de la Federación, que el asunto obedece al interés de TVE por ocupar lo más posible el prime time. Pero en interés general bien podría TVE adelantar una horita estos partidos, para emparejarlos con el horario de la Champions, más europeo, menos para noctívagos. Mucha gente lo agradecería, y sobre todo la imagen de la Selección, que necesitada anda de apoyos.

Y vamos al partido: centró un catalán, Capdevila, remató un mesetario, Morientes, y gol. Qué quieren, a mí, hijo de catalana y mesetario, esas cosas me gustan y espero que duren. Como espero que Morientes esté en Portugal. Era su gol número veintiuno en treinta partidos con España, un rendimiento colosal. Unas cosas con otras, es el nueve con más espesor y con más goles en su cartilla de todos los que tenemos. Sé que a Sáez no le entusiasma y de hecho le colocó de media punta, en zona de Raúl o Valerón. Pero el gol sacó a Morientes del pantano y puso su candidatura sobre la mesa.

El otro gol lo marcó Raúl, claro. Perecía que no iba a jugar, porque tiene los dos tobillos estofados, pero ¿quién le para? Y el duendecillo del fútbol le premió con otro gol, su número 38 en la Selección. Más gasolina para el Ferrarri, que con baches o sin ellos sigue elevando sus récords a niveles imposibles. Y algo a consignar: la pareja Xabi Alonso-Guti no se hizo con el mando. Y bien que me hubiera gustado. Baraja y Albelda le dieron más solidez. En todo caso, ahí hay cuatro jugadores de tronío. Y en Gijón, una afición entusiasta que vibra con el regreso a Primera y que puso un bello telón de fondo.