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Entrevista Butragueño

"Pese a mis cuatro goles no hice un buen partido"

Media España se lanzó a la calle para invadir las fuentes públicas como si se hubiese ganado por fin un Mundial. Los cuatro goles del Buitre a Dinamarca en Querétaro fueron el mayor suceso social del año 1986. "Oa, oa, oa, Butragueño a la Moncloa".

<b>HISTÓRICO</B>. La goleada a Dinamarca se celebró por primera vez en La Cibeles. Luego, la afición del Madrid lo tomó como tradición para sus títulos.

Ya sé que soy un pesado. Siempre le pregunto por aquellos cuatro goles a Dinamarca en México 86.

Tranquilo. Me he guardado para ustedes una anécdota inédita. Resulta que tras vencer a Argelia en Monterrey nos fuimos a Querétaro y llegamos al hotel a las tres y media de la madrugada. Hubo problemas por lo malas que eran las instalaciones y nos trasladamos a otro, una Hacienda mexicana, por lo que no dormimos hasta las cinco. Cuatro horas después y con las legañas encima nos despertaron para ir a ver el Alemania-Dinamarca.

¿Y?

Pues que los alemanes perdieron 2-0 y todos dijeron que los daneses iban a ganar el Mundial por lo bien que estaban. Pero yo comenté a los compañeros: "Estos nos van bien. Dejan jugar. Mejor para nosotros". A mí me recordaban al fútbol de la Quinta del Buitre. Larssen, los dos Olsen, Laudrup y Soren Lerby. Equipazo. Siempre al ataque.

Y usted les mete cuatro.

Sí, estuvo bien, pero si le vale le diré que no lo recuerdo como un buen partido mío. Cierto que marqué un gol de cabeza, algo surrealista en mí, y que pude convertir hasta un penalti. Pero no estuve brillante en el juego, sólo lucí en el remate.

¿Por qué tiró el penalti si eso era cosa de Goikoetxea, el especialista?

Yo no pensaba tirarlo. Pero se me acercó Víctor y me dijo: "Chaval, lo vas a tirar a tú".

¿Era consciente de que pasaba a la historia por meter cuatro goles en un solo partido?

No. Me quedé muy tranquilo.No reaccioné ni valoré lo que eso suponía. Me fui al vestuario relajado, sin valorar lo conseguido. Me di cuenta cuando me crucé con mi padre, que había visto el partido en la grada. El hombre estaba pisando nubes. Pocas veces le he visto más feliz. Ahí valoré lo grandioso que había sido ese triunfo para nuestro país y para el fútbol español.

Fíjese si encendió al pueblo que la afición invadió la Cibeles, por primera vez en la historia, y gritó aquello de "Oa, oa, oa, Butragueño a La Moncloa....

Yo intenté aislarme eso de todo eso y hasta que regresé a España no fui consciente del impacto que tuvo. Los amigos me decían: "¡Emilio, has sido presidente del Gobierno por un día!". Pero ya sabe que yo relativizo todo y no le di mayor importancia.

Y hoy otra vez Dinamarca. Ya es un clásico.

Sí, lo cierto es que siempre les acabamos ganando. Se nos dan bien. Recuerdo en el 84 cuando Arconada se salió y yo en el banquillo. Son nuestros mejores clientes...