Me gusta la talla LL

Tengo un primo con nombre y apellido de mediofondista ilustre (José Luis González) que lleva lo del Madrid de basket como una penitencia desde que desayuna hasta que se acuesta. Desde la Liga ACB ganada hace cuatro años en el Palau Blaugrana (no olvido a Djordjevic poniendo de los nervios a Nacho Rodríguez) sólo ha sufrido disgustos. Pero me ha dado una lección. Este verano se compró un abono porque vio motivos para recuperar la ilusión. "Tomás, se ha fichado bien y hay entrenador. Se acabaron las vacas flacas". Uno, harto de aferrarse cada año al proyecto de turno dando argumentos facilones a los que me están esperando por mi condición de pitoniso (dije que nos saldríamos con Scariolo, luego con Imbroda...), no le dio mucho crédito. "Jaro (es su mote), yo me huelo otro año en blanco".

Pues hoy tengo que decir orgulloso que el primo era yo y que este Madrid de talla LL (Lolo & Lamas) ha sabido ganarse el respeto porque, como asegura el técnico argentino, "lo bueno es que ya somos equipo, por encima de los resultados". Y uno debe reconocer que el domingo me quedé enganchado con el espíritu colectivo y el trabajo defensivo que exhibió ante Estudiantes. Quedó claro quién es todavía el primer equipo de Madrid... La semifinal de la ULEB puede ser el espaldarazo definitivo a este proyecto. En 1997 se ganó en Nicosia el último título europeo. Siete años son suficiente castigo. RM, ha llegado la hora de la soñada revancha.