El macizo de la raza

Será la Copa de Figo. El actual macizo de la raza del Real Madrid. Paseando ayer por Barcelona me di cuenta de todo. En el Kiosko Universal, restaurante mítico situado en pleno corazón de la Boquería, hasta Antonio y todos sus hermanos culés me lo reconocían: "Tomás, el portugués es un ganador y está que se sale. Él os va a salvar en la final". Yo también lo creo. Figo renuncia a los primeros planos con tal de recibir el reconocimiento de la crítica a su profesionalidad alejada de los focos. Es un número uno por su actitud, por su espíritu y por su absoluto liderazgo.

Figo ya ganó una Copa con Queiroz en el Sporting (1995) y consiguió dos con el Barça. Recuerdo su exhibición ante el Betis en el Bernabéu. Pero Gaspart no supo valorarle como merecía. Por eso se vino al Madrid. Y se arropó con la manta mágica de Florentino y aceptó su nuevo rol. El de galáctico-terminator. No regala sonrisas a la cámara, no fabula en los camerinos, no trepa por detrás... Este portugués es Curro Jiménez arrasando a los franchutes en Despeñaperros. Es un bandolero indomable que tiene grabada en la frente una palabra de cinco letras: g-a-n-a-r.