Ciclismo | Tirreno-Adriático
Freire intimida ante la Milán-San Remo
El doble campeón mundial ganó la tercera etapa y se colocó líder en la Tirreno-Adriático, antesala de la primera gran clásica de la temporada.
Oscar Freire ya lo avisó hace tres días en AS: "A partir de la tercera etapa vendrán mis oportunidades". Dicho y hecho. El doble campeón del mundo se impuso ayer en Isernia y se colocó líder de la Tirreno-Adriático, después de una exhibición de su equipo, el Rabobank, que también situó a Michael Boogerd tercero en la meta y segundo en la general.
Freire tuvo un recuerdo para las víctimas de los atentados terroristas de Madrid: "Ante la impotencia que siento, lo menos que puedo hacer es dedicar la victoria a todas las familias afectadas. No entiendo que por la política o por unas ideas se pueda hacer una matanza así de personas inocentes". El cántabro siempre ha sido un deportista muy comprometido socialmente. El año pasado ya se manifestó en AS contra la Guerra de Irak.
Óscar le tiene tomada la medida a esta carrera, donde ya había ganado antes tres etapas, dos en 2000 y una en 2003, y se había subido al tercer peldaño del podio en 2002. "Ahora que voy primero, defenderé la general, pero somos muchos separados por muy pocos segundos. Son peligrosos ciclistas rápidos como Bettini, al que veo más fuerte que el año pasado, Figueras, Astarloa o Vicioso", explicó Freire.
Un triunfo en esta Carrera de los dos mares tiene gran entidad, pero, además, goza de un significado añadido, porque sirve de termómetro para la Milán-San Remo (20 de marzo), la primera gran clásica del año. "Me da moral para ese día, pero prefiero pensar en el presente, porque bastante trabajo tengo ya aquí".
Precisamente Paolo Bettini, ganador el año pasado en San Remo, fue uno de los más activos. Rompió el pelotón en la cota de Macerone, a 44 km, pero tuvo una contestación inmediata de Boogerd en el descenso. El Rabobank iba a por todas. Después, el holandés fue atrapado y Bettini volvió a insistir, formando un grupo de 11 ciclistas a 15 km.
En ese momento fue el Rabobank quien se encargó de cazar. El final estaba situado en un repecho de tres kilómetros, con desniveles del 6 por ciento. En el último tramo saltó Boogerd, pero Vladimir Duma salió a su rueda y Óscar auxilió a su compañero remontando a ambos.
En este grupo de 39 ciclistas también entraron el campeón mundial, Igor Astarloa, y otros cuatro españoles: Joaquín Rodríguez, Ángel Vicioso, Rubén Lobato y Bingen Fernández.