Conmoción por los atentados en Madrid | Copa de la UEFA
El Gobierno instó a los equipos a jugar
Los clubes españoles habían solicitado a la UEFA la suspensión de la jornada. Habrá un minuto de silencio en todos los partidos del fin de semana
El Gobierno obligó a los clubes españoles a disputar anoche sus correspondientes partidos de Copa de la UEFA. Por iniciativa del Barcelona, a la que inmediatamente se sumaron el Valencia, el Mallorca y el Villarreal, que en todo momento estuvieron en contacto entre sí, a primera hora de la mañana se presentó una petición en Nyon para que se suspendiera la jornada o para que, en su defecto, los equipos españoles, hondamente afectados por los trágicos sucesos acaecidos en Madrid, quedarán eximidos de jugar. Tras evacuar consulta al Consejo Superior de Deportes, por medio de la Federación Española de Fútbol, la UEFA rechazó la petición de los clubes españoles, aunque, en un hecho sin precedetentes en las competiciones europeas, autorizó a que se guardara un minuto de silencio en esos partidos y a lucir brazaletes negros. También se guardó un minuto de silencio en el partido Benfica-Inter, celebrado en Lisboa, en señal de respeto al entrenador del equipo portugués, el español José Antonio Camacho.
El Consejo Superior de Deportes, siguiendo las instrucciones dictadas por el ejecutivo que preside José María Aznar, ha intentado dar la sensación de normalidad y calma dentro de la total consternación en la que se halla sumida España. Por ello, las competiciones para el fin de semana se celebrarán tal y como estaba previsto originalmente. El Consejo Superior de Deportes ha ordenado a la Federación Española de Fútbol, y ésta así se lo ha transmitido a clubes y árbitros, que en todos los campos se guarde un minuto de silencio y que todos los jugadores lleven brazaletes negros en señal de duelo por las víctimas de la barbarie.
Serán sancionados. Aquéllos que no respeten esta disposición, serán sancionados según lo previsto en la Ley del Deporte por alterar el buen orden deportivo. Algunos clubes, como el Espanyol, habían planteado la conveniencia de aplazar los partidos de esta jornada. Varios futbolistas, a título individual, también se habían pronunciado en tal sentido.
A pesar de escudarse en las instrucciones del Gobierno español, la UEFA ha vuelto a dar muestras de falta de sensibilidad. El martes 11 de septiembre de 2001, apenas unas horas después de los brutales atentados terroristas perpetrados por Al Quaeda contra las Torres Gemelas de Nueva York, la UEFA ordenó que se disputarán los partidos de la primera jornada de la Champions League. A la vista del estado emocional en que tuvieron que jugar los equipos y ante el aluvión de críticas recibidas, la UEFA rectificó al día siguiente y suspendió los partidos programados para esa fecha, que se disputaron una semana más tarde.
Por su parte, la FIFA se limitó a remitir por la tarde una carta a la Federación Española, firmada por su secretario general, Urs Linsi, en la que expresaba su pésame a las familias de las víctimas, a la mencionada federación y a los ciudadanos españoles. Las expresiones deduelo fueron el denominador común en la actividad deportiva y administrativa de los clubes españoles. Los jugadores del Madrid, por ejemplo, guardaron un minuto de silencio antes de comenzar su entrenamiento y los empleados, con Jorge Valdano a la cabeza, hicieron una concentración a las puertas del estadio Bernabéu. También los empleados del Barça, al mismo tiempo que su presidente, Joan Laporta, pedía la suspensión de la jornada de UEFA y leía en Glasgow un comunidado de repulsa por la salvajada terrorista, se manifestaban durante cinco minutos a las puertas del club. Las banderas de la práctica totalidad de clubes españoles ondearon ayer a media asta.