Hay que asomar más la nariz por la UEFA

El Madrid confiaba en que a Roberto Carlos le quitaran el segundo partido. Suele ser la práctica de la UEFA en casos así. Leña primero y luego una rebaja para dar apariencia de magnanimidad. Pero en este caso todo se ha hecho tan claramente exprofeso para que no jugara contra el Bayern que quitarle ese segundo partido hubiera hecho demasiado evidente lo evidente y han preferido disimularlo. Y eso produce un doble perjuicio al Madrid, que si sale adelante el miércoles, y esperemos que así sea, se verá privado de Roberto Carlos también en el partido de ida de cuartos. Más daño.

Ahora que todo ha terminado quiero insistir en que rearbitrar por televisión (con una copa y un puro, como dice Roberto Carlos) sólo conduce al desconcierto. Y también en que de esa misma jornada de Champions quedó sin castigo el puñetazo en la nuca de Edmilson a Alkiza, y que el pisotón de Keane a Vitor Baia en el cuello, castigado por el árbitro con expulsión inmediata, sólo ha sido sancionado por la UEFA con un partido. Sin duda las dos jugadas han provocado menos alarma social que la de Roberto Carlos... en Múnich y alrededores. No en San Sebastián ni en Oporto.

Pero eso ya es historia y lamentar el atropello no va a mejorar la situación del Madrid. Más vale consolarse en la idea de que Roberto Carlos se pudo haber ahorrado aquel cate (por más que queramos verlo instintivo o defensivo) y trabajar para en el futuro tener algo más de presencia en foros internacionales. Con Villar de padrino no se va a ninguna parte. El Madrid tuvo en tiempos peso en los foros internacionales, de fútbol y baloncesto, a través de Saporta. Ahora cuida el G-14, del que ha sido promotor y agitador desde tiempos de Sanz. Pero hay que asomar más la nariz por la UEFA.