Primera | Villarreal 6 - Racing 3
Set al Racing con Belletti de estrella
Riquelme mandó en el centro. Benayoun, el mejor de los cántabros
Villarreal y Racing de Santander levantaron ayer un monumento al fútbol. Fue un par tido tremendo, espectacular y en el que ninguno de los dos contendientes especuló en absoluto. Todo ese alarde de buenas intenciones terminó convirtiendo el choque en el partido soñado por cualquier afi cionado al fútbol pese a que el marcador refl eje el tanteo de un partido de tenis. Todo comenzó a los cuatro minutos, los que tardó Juan Román Riquelme en demostrar que la baja forma (por eso le dejó fuera Benito Floro hace una semana) no es incompatible con la clase. Y como el argentino anda sobrado de lo segundo, le bastó un balón para meter un pase a la espalda de la defensa del Racing y desmontar la pizarra de los dos técnicos, porque hubiera sido un crimen que Belletti (¡qué grande estuvo ayer!) no convirtiera en gol semejante obra de arte de Román. Para terminar de abrir la lata, el propio Racing decidió echarle una mano a su rival. Estaban siendo mejor los visitantes, al menos llegaban con más claridad y eran los que tenían las ocasiones, hasta que un penalti (pudo ser fuera del área) y un enorme error de Ricardo suponían sendos tantos para los locales. Otro golpe en el mentón para los racinguistas, que entre tanto habían conseguido acortar distancias merced a Benayoun, el mejor de su equipo con diferencia.
Festival de goles. Sin haber pasado nada del otro mundo se habían marcado cuatro goles, por lo que a poquito que se pusieran a ello, tenía que ocurrir lo que acabó sucediendo. Con semejante porcentaje de acierto del Villarreal (tres goles de tres disparos), al Racing, muy valiente siempre, sólo le quedaba entrar en la pelea cuerpo a cuerpo, intercambiar directos, ganchos y crochés y que ganara el que aguantara en pie. Y fue el Villarreal porque aparecieron los Román, José Mari, Anderson y, ayer sobre todo, Belletti, y esos son pesos pesados.