¡Recíbanlos en pie!

En los últimos días he notado cómo los latidos del madridismo militante han acelerado espectacularmente su ritmo cardiaco. Los sucesos de Sevilla, las rajadas de Alfaro (¡noticia, ayer no fue expulsado en Murcia!), de Gil (Presi, ¿quién le ha dado vela en este entierro?) y la baja frustrante de Zidane ("un pecado", como acertadamente ha definido Queiroz la ausencia del mago marsellés), han conseguido que la afición más exigente del mundo acuda al Tourmalet de esta Liga con las manos unidas y el corazón caliente. El ambiente previo a este trascendente Madrid-Valencia me recuerda al hervor atmosférico que se palpa cuando el Bayern de Oliver Kahn asoma su presuntuoso talante bávaro por el escaparate del Bernabéu.

Ronaldo, que no es ajeno a esa hoguera de pasiones que hoy vivirá la barra brava del Galaxy Stadium, avisa con tino que un triunfo ante el Valencia "valdría media Liga". El mejor artillero de la competición sabe que un colchón de cinco puntos no es definitivo (14 jornadas son un mundo), pero otorgaría un cinturón de seguridad que permitiría afrontar la final del 17-M y la doble batalla con los alemanes con menos presión en el cogote. El Valencia es el mejor outsider en la lucha por el título, pero sabe que la caldera del Bernabéu tumba a sus inquilinos antes de que paguen la primera letra. Sugiero humildemente que el estadio reciba en pie a los héroes del Pizjuán. Se lo merecen.