Culpable por bueno

Madurar a golpe de silbidos y suplencias debe resultar duro, tan duro como no encontrar acomodo nunca en una posición. Guti ya tiene sellada toda la cartilla de agravios. Empieza a ver las cosas sin sofocarse, su voz es la de un veterano y la jerarquía que le otorga ser el líder de la clase media le permiten hacer reflexiones en voz alta. Cuando dice que lo de correr es trabajo de todos, está sacando el sambenito que siempre le ha perseguido, el de jugador vago que la afición desprecia. Nunca sabremos lo que realmente es Guti. Se perdió en el inicio un gran media punta, dejaron escapar al goleador que lleva dentro con la llegada de Ronaldo y ahora estamos en el tanteo de descubrir a un gran medio centro.

Su única culpabilidad radica en haber salido del defenestrado torneo social del club y poseer una clase que sólo valoramos con los que vienen de fuera. Lo tiene todo para triunfar: buena zurda, visión de juego y remate, ¿qué falla entonces? Pues cierta debilidad en el carácter y falta de confianza de los técnicos. Imagino su crecimiento junto a alguien que le hubiera dicho a comienzo de temporada que iba a ser titular indiscutible. Igual estábamos ante uno de los grandes de nuestro fútbol. Cada cambio de peinado parecía una forma de rebelión. Llevamos meses pidiendo que la pareja Beckham- Guti se estabilice. Vale. ¿Y cuando llegue Henry? ¿Zidane retrasa su posición? ¿Y Guti? Qué pesadilla...