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JB y sus pecados capitales

Pedja, siempre Pedja. El hombre que cambió las vidas de una generación de madridistas, que enterró la maldición del blanco y negro y recuperó el orgullo y la autoestima gracias a la Séptima, al gol mágico del Amsterdam Arena (marcado, por cierto, en posición legal). Por eso nunca perdonaré a Toshack (mal entrenador, peor persona) que tratase al montenegrino como si fuese un apestado. Les contaré un secreto. El día que JB llegó al vestuario tras el despido de Hiddink, el gigante galés soltó, sin cortarse, esta bravata: "Que sepan que he venido para limpiar su imagen pública, porque está sucia". Todos callaron... menos Mijatovic.

Mire, yo soy profesional, hemos ganado la Copa de Europa hace un año y aquí nadie es sucio". Dicen que JB le miró, desde sus 191 centímetros, como si le acabase de perdonar la vida. La venganza de John fue despiadada. Cuando empezó la Guerra de los Balcanes Pedja le pidió permiso para no jugar hasta que su cabeza se aclarase por el desastre que se estaba viviendo en su país (lógico). Toshack le dijo: "Está bien". Pero al día siguiente Mijatovic ya estaba en boca de toda la prensa apuntado por los fusiles de la sospecha: "Mijatovic se rebela y se niega a jugar". El héroe de la Séptima, alucinado, llamó a Sanz. "¿Qué demonios es esto?". El ex presidente, sin argumentos, respondió: "El técnico me ha dado un informe en el que me asegura que te has rebelado y que te niegas a jugar". JB sabía que mentía, Sanz también y el desenlace aumentó el bochorno: "Pedja, diremos públicamente que te multamos para aplacar a la afición, pero no te lo cobraremos". Ése es el actual técnico del Murcia. Pobre equipo.