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Que no cunda la alarma

Actualizado a

El fallecimiento de Miklos Feher en el transcurso de un partido ha disparado de nuevo las alarmas. Afortunadamente, no se trata de un hecho muy frecuente, sino todo lo contrario. Cuando se produce, se presenta en deportistas y también en personas que no practican ningún tipo de deportes. El impacto social es mucho más acentuado cuando se produce en un deportista de élite, y más, si se evidencia con imágenes en televisión.Después de ver las imágenes, mi opinión es clara al respecto: se trata de una auténtica parada cardiaca. De tal forma que, cuando el jugador cae de espaldas al suelo, la muerte ya se ha producido. Las actuaciones inmediatas que se realizan son totalmente correctas y muy profesionales, pero nada pueden solucionar. ¿Por qué se puede producir una muerte súbita? Por múltiples causas, como la cardiopatía isquémica, la comunicación interauricular, las miocardiopatías hipertróficas o las alteraciones ventriculares que, en los reconocimientos médicos realizados, han pasado desapercibidas.

En jugadores altos y en los que presentan una gran hiperlaxitud, la presión arterial provocada por el deporte puede provocar rotura masiva de la aorta, provocando la muerte súbita. Los últimos estudios publicados por la revista española de cardiopatía sobre 61 casos de muerte súbita en el deporte, llegan a la conclusión de que el deporte es beneficioso para la salud, pero también supone un aumento del riesgo de producir una muerte súbita, poniendo de manifiesto la necesidad de modificar los criterios de los reconocimientos médicos realizados a los deportistas.

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José González es presidente de la Asociación Española de Médicos de Equipos de Fútbol.