La marcha olímpica de Madrid

Este periódico recibió ayer la visita del alcalde de Madrid, cortesía que se agradece, y mucho. Vino acompañado de su número dos, Manuel Cobo, del consejero delegado de Madrid 2012, Feliciano Mayoral, y de su directora de Comunicación, Marisa González. El tema de fondo fue la candidatura de Madrid a la organización de los JJ OO de 2012, las posibilidades reales de que tal empeño llegue a buen fin y los provechos que en tal caso obtendría la ciudad. Es una carrera larga, en la que ahora mismo somos nueve ciudades. Y algunas rivales son de aúpa: Londres, París, Nueva York...

Todos estuvimos de acuerdo en que Barcelona 92 es un referente a la vez bueno y malo. Bueno, por lo bien que se hicieron las cosas allí. Malo, por lo cerca que está en el tiempo, y por el poder disuasorio que podría tener el argumento de que España tendría dos JJ OO en veinte años. Todos estuvimos de acuerdo en que París y Nueva York aparecen como los rivales más temibles. París, porque aunque ya ha organizado dos veces los JJ OO lleva ahora unos años en cola para organizar los terceros, y la cola es un grado. En cuanto a Nueva York, es Nueva York. Sobran las palabras.

Pero todos estuvimos de acuerdo en que lo que el COI busca sobre todo para los Juegos es una ciudad (un país) en el que éstos puedan desarrollarse felizmente. En paz, con comodidad, entre el entusiasmo general de la población, en un ambiente grato. Tres semanas de tregua olímpica, lo que supone aparcar todo tipo de conflictos y reservas, tres semanas en las que la juventud de todo el mundo pueda desplegar sus destrezas sin preocupaciones que la coarten. Ofrecer las garantías de ese ambiente es el reto de Madrid. Luego, sólo queda cruzar los dedos y confiar en que nos elijan.