Sobre el valor de Queiroz como entrenador

El Larguero ha tenido la feliz idea de hacer una encuesta de amplio espectro sobre la categoría de nuestros entrenadores. Con jugadores, periodistas y aficionados a través de internet. Ganan en la consideración general Benítez, Irureta y Aguirre. Normal. Pero el último sale Queiroz. ¿Es para tanto? ¿Es el peor entrenador de toda la Primera División? Yo no le tengo por tal, ni mucho menos. Más bien entiendo que su tarea es distinta, y poco menos que inclasificable. Entrenar al Madrid de estos tiempos, con sus galácticos huidos de entrenadores convencionales, es una ciencia aparte.

Y en esa ciencia aparte no creo que esté suspendiendo. Sus galácticos, con sus pequeños altibajos, están jugando bien, prácticamente en sus máximos posibles si se tienen en cuenta los años que algunos van cumpliendo. Para jugar así necesitan cuerda larga, en el campo y fuera de él. Eso implica un equipo desordenado, sin simetría, muchos sustos para Casillas, una permanente tendencia al despelote que en cualquier otro equipo sería calamitosa. Si se le mira desde ese ángulo, efectivamente, es el peor. Pero en su caso no creo que se pudiera hacer otra cosa.

Quizá sea que a Queiroz le pesan el recuerdo de Del Bosque y los argumentos tramposillos que se utilizaron para echarlo. Que no se concentraban, que viajaban al extranjero entre semana, que jugaban siempre los mismos, que no se entrenaban, que Ronaldo estaba gordito, que la cantera no tenía oportunidades... Nada de eso ha cambiado, pero aquellas acusaciones esgrimidas desde el club para una destitución injusta y caprichosa han quedado en la opinión pública. Y se vuelven ahora como un boomerang contra Queiroz, que sigue haciendo lo mismo. Lo que puede y lo que debe.