NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

La Copa llena el Bernabéu

Conocí la Copa cuando se jugaba en sus tramos finales (cuartos, semifinales y final) al término de la Liga, ya en tiempo de primeros calores. Concentraba la atención, tenía prestigio y ofrecía un fútbol distinto, más pasional e irreversible, que hacía buen contraste con el monótono puntuar de la Liga. Pero forzaba a que unos clubes acabaran la temporada más tarde que otros, según cuando fueran eliminados. Entre eso y que se fue alargando la Liga (entonces había 30 partidos, ahora hay 38) se decidió un buen día intercalarla en miércoles entre domingos de Liga.

Con eso perdió interés. Pasó a ser vista como un engorro que producía una fatiga extra, sobre todo entre los equipos que jugaban en Europa, que cada vez han ido siendo más. Así la hemos visto languidecer, hasta que las emociones de las eliminatorias a partido único primero, y esta concentración de equipos de campanillas en cuartos ahora, parecen revivirla. El Bernabéu vibra ante la visita del Valencia, Atlético y Barça tienen la vista puesta en un cuarto puesto en la Liga adornado con el título de Copa y todos, en fin, hemos recuperado un torneo que languidecía demasiado.

Pero le falta lo esencial: que el campeón de Copa sea invitado a la Champions, y por vía directa. Si es Liga de Campeones, a ella deberían acudir los campeones, de Liga y Copa, antes que segundos, terceros y cuartos clasificados. Villar es militante de esta idea, en la que tiene como aliados a Italia e Inglaterra, que tienen su peso. Yo aspiro a que finalmente se consiga. Eso nos garantizaría que todos los años los grandes lucharan por llegar hasta donde han llegado este año y más lejos. Y recuperaría de forma definitiva una competición hermosa, con una personalidad distinta.