Valencia: del caos sale el orden

Ya se sabe: del caos sale el orden. Este Valencia campeón de invierno es una prueba más. Conflictos en verano, conflictos en otoño, conflictos en invierno. Conflictos entre los propietarios, enfado de la afición por la falta de fichajes, amago de motín de Ayala, permanente en indisimulada guerra entre el entrenador y el secretario técnico. Pero el fruto de todo eso es un equipo equilibrado, solidario, bien hecho, seguro. Un campeón de invierno que sabe bien lo que es ser campeón de primavera. Tiene dos puntos de ventaja sobre el Madrid y seis sobre el Depor.

Mérito grande de Benítez, que está en el cruce de caminos en este club y maneja tan bien los semáforos que permite que el juego fluya con serenidad, por delante de tantos y tan ruidosos conflictos. Entre su méritos tiene uno que comparte con Irureta: maneja con arte las rotaciones, lo que le permite tener a sus hombres frescos. Es una ciencia difícil, porque al jugador le gusta saberse titular y con esa dinámica casi nadie se siente del todo como tal. Pero a cambio permite que el equipo tenga siempre aire en los pulmones y que se noten menos las bajas obligadas.

¿Y el Madrid? El Madrid tiene cara de estar masticando todavía polvorones. Las vacaciones le han sentado fatal. De hecho, algunos todavía no las han dado por terminadas. Está claro que a los galácticos les vienen mejor los partidos que los huecos entre semana, así que me figuro que mañana ante el Éibar a varios de ellos les tocará jugar. A Queiroz se le presenta una dura segunda vuelta, que irá tanto mejor cuanto antes se espanten los malos rollos que invaden la casa. En las próximas semanas sabremos de verdad lo que da de sí como entrenador de primera línea.