La sombra de Abramovich es alargada

El Madrid piensa multar a Ronaldo por su escapada a Londres. Mala cosa. Cuando se manda con multas es que no se manda. Se dirige un grupo a través de la convicción, del respeto mutuo. Pero el Madrid piensa multar a Ronaldo por su escapada a Londres y Ronaldo no encuentra justa la multa, lo que es todavía peor, porque indica que no está de acuerdo con las normas, o que las normas no existen, o que no se las han explicado suficientemente bien, o que hasta ahora no se habían aplicado, o una mezcla de todo eso junto, que es lo que a mí me parece que viene ocurriendo.

Porque esos viajecillos intempestivos con afanes comerciales, románticos o cómicotaurino-musicales son relativamente prodigados por los galácticos. En su día esa fue una de las coartadas que se esgrimieron para echar a Del Bosque. Ésa, más la de que el equipo no se concentraba, más la de que los canteranos no jugaban, más las que quisieron poner. Todo eso ha seguido igual y lo llamativo es que de repente el club deslice que Ronaldo va a ser multado por algo que viene haciendo habitualmente, de forma consentida, y que en mayor o menor grado hacen otros. ¿Por qué este cambio?

Pues porque era Londres y la sombra de Abramovich es alargada. El martes, día de Reyes, Ronaldo fue a Barcelona, pero allí no hay Abramovich. Beckham hace escapadillas a Inglaterra, pero es a ver a su familia, como Figo las hace a Portugal, a sus asuntos o Zidane a Francia a los suyos. El temor es la combinación Londres-Ronaldo por lo que sugiere de acercamiento al Chelsea. Y el club se pone serio por eso, pero no hace bien. No es inteligente hacer patente el temor al rival. Y es malo, por arbitrario, romper de golpe, y justamente con Ronaldo, la política de mirar para otro lado.