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Primera | Real Madrid

Beckham también quiere ser socio

Le ha pedido al Madrid que le tramite un carnet, que podría ser el 90.000

<b>EL CUARTO GALÁCTICO</b>. Beckham ya se mostró feliz por ser blanco desde el mismo día de su presentación.
MACARIO MUÑOZ

David Robert Joseph Beckham ya es un blanco más. Podría parecer una obviedad analizando su imponente aspecto físico, pero me refiero a su compromiso emocional creciente con el Real Madrid. El equipo en el que ha alcanzado la felicidad plena, extrapolable a la perfecta integración social que han tenido él y su familia en la capital del Reino.

Beckham está tan eufórico que ya le ha comunicado al club que le haría mucha ilusión ser socio del Real Madrid. Un gesto que protagonizó Luis Figo en su día para dejar claro que su pasado culé ya estaba enterrado. Pero en el caso de Becks, el asunto va más lejos: "David se pone a hablar del Madrid, del Bernabéu y de su afición y ves como le brillan los ojos hasta parecer emocionado. Este chaval se ha hecho madridista hasta las cachas...", comenta uno de los hombres fuertes de la entidad, entusiasmado con la supersónica integración que el crack ha protagonizado.

Beckham podría guardar pronto en su bolsillo el carnet de socio número 90.000, dado que los últimos carnets expedidos antes de las Navidades ya iban por el número 89.000. Una cifra récord en la historia del club y que mantiene trabajando a todo trapo al departamento encabezado por Manuel Redondo, que ve feliz como el nivel de compromiso de la masa social con el Madrid está en el mejor momento de sus 102 años de historia: 62.000 abonados (no se pueden hacer más por falta de espacio) y casi 90.000 socios.

Beckham es el primer jugador inglés que ha conseguido la plenitud en el Bernabéu. Laurie Cunningham fue hace más de 20 años el fichaje más caro, pero dejó sólo una actuación memorable en el Camp Nou (0-2) y un estilo admirable para sacar los córners. Steve McManaman siempre cayó bien a la afición por su imagen de "alma libre y eternamente feliz", pero futbolísticamente sólo cuajó en la temporada de la Octava (1999-00).

Con Beckham es distinto. Se ha convertido en un jugador indiscutible para Queiroz. Es el motor del centro del campo, el mejor recuperador de la franja ancha, uno de los mejores asistentes de la Liga (lleva cinco pases de gol) y, encima, ve puerta: ya lleva seis tantos. El vestuario está a muerte con él porque roba más balones que Makelele y el Bernabéu le jalea como si fuese Gladiator. Es un líder en la cancha y fuera de ella se acopla al grupo sin divismos. "Buena gente", dicen de él sus compañeros.

En su vida privada ha sabido también tomar el camino adecuado. Ha dejado de ir a las hamburgueserías de comida rápida y es fácil verle degustando jamón en el Donostiarra o pidiendo cigalas en Portobello. Se fue a vivir al Encinar (cerca de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas) y allí pasará la Nochevieja con Victoria Adams y sus pequeños Brooklyn y Romeo, a los que ya hemos visto en el Bernabéu ataviados como su padre. De blanco radiante. Of course.

Hoy, soy David Beckham: "¡Hala Madrid!"

El 2 de julio quedará para el recuerdo como el día en el que Beckham fue presentado como jugador del Real Madrid. Algunos supieron desde ese momento que la fama de "icono de la modernidad que sólo ha venido para vender camisetas" era una milonga alejada de la realidad. El personal no olvida aquella imagen con Florentino Pérez y Alfredo Di Stéfano rodeando entusiasmados a un príncipe azul, que exhibió una sonrisa profidén impagable. Pero lo mejor se lo dejó el inglés de la rubia melena para el final: "Formar parte del Real Madrid es un sueño hecho realidad. Muchas gracias". Dejó que transcurriesen dos segundos y, cuando todos pensaban que el chaval había cumplido, soltó un inolvidable: "¡Hala Madrid!". Hasta Di Stéfano, poco dado al show, le miró orgulloso. Y eso puntúa doble entre un argentino y un inglés... Beckham está tan feliz que también es posible que haga socios del club a sus hijos Brooklyn y Romeo. David, un madridista más.