Samuel, el rey negro

Si Etoo se apellidase Martínez y hubiese nacido en la Plaza de Castilla, seguramente ahora sería, junto a Raúl y Casillas, el gran estandarte de la cantera del Real Madrid. Esta pantera de ébano llegó a la Fábrica de la Ciudad Deportiva con un chasis perfectamente modelado y curtido, a pesar de sus 15 años, y vivió tan rápido que algún técnico prejuicioso se le ocurrió pensar que la mala cabeza del chico le impediría triunfar en el Bernabéu. Una pena, porque Etoo era objetivamente mejor que Anelka y, si me apuran, con continuidad ahora estaría cerca del nivel del actual Ronaldo. Etoo corre como una gacela, maneja las dos piernas, tiene gol, ha madurado y ha aprendido a comer con cuchara en un fútbol que quiso fagocitarle colgándole el cartelito de rebelde sin causa. Pero hoy día este africano de ambición ilimitada se ha convertido en un cheque en blanco para el imparable Madrid de Florentino. La mitad de Etoo es tanto como tener en nómina a Tristán, Morientes y Mista. Vale más que los tres juntos. El camerunés encajaría perfectamente en la Premier dado que posee la quinta velocidad y la chispa necesarias para triunfar en un fútbol cuya altísima velocidad de crucero le va como anillo al dedo. Ya es de largo el mejor futbolista de África y veo en él la reencarnación de George Weah, el gigante que puso en el mapa a los jugadores del continente negro.

Por eso, la dupla formada por Florentino y Valdano está sopesando seriamente cómo sacar partido de ese tesoro que está afincado, por poco tiempo, en las aguas de Palma. El Madrid tiene muy claro que va a rentabilizar al máximo ese cincuenta por ciento de oro negro que abrirá la puerta al quinto galáctico: Henry. Pero me pregunto, ¿con lo bueno que es Samuel, no será mejor dibujarle un retorno a lo grande para que forme parte de la Galaxia del Bernabéu?