Un premio a la base

Desde hace años pateo los campos de regional y disfruto con el fútbol base. Obligaciones paternas me han acercado a ese mundo desconocido. Los chavales juegan para divertirse y, de paso, sueñan. Lástima que sólo disfruten de comodidades aquellos que tienen campo propio y recursos privados. La Federación, esa que ahora se hará la foto con los héroes de Abu Dhabi, no aporta nada en las frías mañanas de los sábados. Los niños progresan gracias al esfuerzo de clubes y padres. Nada más. Pero Villar y sus amigos se aprovechan de ellos desde que son juveniles. No los forman, pero sí sacan pecho presumiendo de cantera. ¡Ni que fueran ellos los que han educado a los chavales! Digo todo esto porque el origen de esta maravillosa final está en esas frías mañanas.

Leía el artículo de ayer de Carmelo Zubiaur y me emocionaba. Le he visto trabajar para críos de doce y trece años, y al menos tiene la recompensa de ver que algunos acaban llegando. Nuevamente gracias al esfuerzo de unos pocos que arriesgan tiempo y dinero. Por eso hoy, ganen o pierdan nuestros Sub-20, pido que la gesta la disfruten los miles de aficionados que trabajan la base. Ninguno de ellos aparecerá en la fotito, pero son los que se lo merecen. Villar, el responsable del CSD, Blatter y tantos otros están ahí de pegote, como siempre. No importa, somos muchos los que conocemos la verdad.