Rival talismán en Champions

Para los que creen firmemente en el destino y en los símbolos toca frotarse las manos y pensar que el enfrentamiento con el Oporto es el preámbulo profético de la conquista de la Décima. Al menos, esa es la conclusión simplista que se obtiene si analizamos que en las tres últimas conquistas del Madrid en la Champions (1998, 2000 y 2002) existió un cruce con el Oporto en las primeras liguillas clasificatorias. Roberto Carlos, que procede de una tierra en la que se cree en los conjuros y en las situaciones paranormales, ya lo avisó al conocer el sorteo de la primera fase: "Jugamos con el Oporto y es año par. La Décima cae seguro".

La Séptima. Echando un vistaz a la historia, encontramos que en la temporada de la venerada Séptima (1997-98), el equipo de Jupp Heynckes se enfrentó al Oporto en la primera fase. En el Bernabéu, el Madrid arrasó a su rival (4-0, goles de Suker, dos, Hierro y Roberto Carlos). Seis meses después llegaría la final de Amsterdam y el gol legal de Mijatovic (estaba en línea).

Dos temporadas más tarde, y también en año par, se repitió el emparejamiento de los blancos con los dragoes en su grupo. El 28 de septiembre de 1999 el Bernabéu asistía a una cómoda victoria por 3-1, con goles de Hierro, Morientes y Helguera. El brasileño Jardel salvó el honor luso. La Octava llego en París nueve meses después con el aplastante 3-0 sobre el Valencia.

En el año 2002 también tocó el Oporto, pero esta vez en la segunda liguilla. El Madrid sufrió para hacer valer el miedo escénico del Bernabéu y venció por 1-0. La Novena llegó tres meses más tarde en Glasgow con el golazo galáctico de Zidane...

El Oporto ha acompañado el viaje de los madridistas en sus tres últimas Copas de Europa, sin olvidar que en el Bernabéu jamás un equipo luso (incluyo a Benfica y Sporting de Lisboa) arañó siquiera un punto.