Tres goles y a Noruega a por salmón

Lo dice Sáez de cuando en cuando y no le falta razón: no es malo que nos haya pasado esto. Claro que ello no debe ser motivo de orgullo para él, pero ya se sabe que no hay mal que por bien no venga y esta repesca va a colocar foco en la Selección, que bien lo necesita. Sin repesca por medio, estos días estaríamos en vísperas de algún amistoso intrascendente (el calendario reservaba en todo caso estos días para las selecciones) y lamentando la mala sombra de tener que parar la Liga para aburrirnos con un partido inútil. Ahora la afición está movilizada.

Y hace tiempo que no pasaba esto. Desde que creció tanto el número de participantes en fases finales tanto del Mundial como de la Eurocopa ha sido habitual que nos clasificáramos con aburrida facilidad. Esta vez no ha sido así porque en dos partidos consecutivos (contra Grecia en Zaragoza e Irlanda del Norte en Belfast) nos quedamos sin mojar. Dos partidos con cero goles y un solo punto, que le dieron a Grecia una ventaja que luego aprovechó. Justo castigo a la excursión festivogastrónomopublicitaria a las bodegas de Osborne en vísperas de aquellos partidos.

Pero pelillos a la mar. Aunque los vicios en la Federación subsisten (llegamos al partido con la noticia de que han encausado a varios de sus jerifaltes) este equipo merece apoyo y suerte. Valencia es un escenario magnífico y Noruega es un equipo sin brillo pero feo e incómodo. La última vez nos ganó por 1-0, con un gol que enterró la trayectoria internacional de Molina. Hoy convienen tres goles para respirar tranquilos. Etxeberria, Raúl, Niño Torres y Reyes pueden conseguirlos, con el respaldo de ese émbolo que es la pareja Albelda-Baraja. Y así en Noruega sólo habrá que pensar en el salmón.