Torres, no sólo goles

Embobado me quedé con el gol de Torres en Sevilla. Gol de crack mundial, de los que los intermediarios utilizan en los vídeos para vender el producto. A esta hora, medio mundo ya lo ha visto. A los periodistas se no ha acusado de encumbrar al Niño precipitadamente. Falso. El que no vea que Torres es especial está ciego o no sabe nada de fútbol. Hay muchos que hacen goles pero muy pocos que, además de inventarlos, añadan un plus de belleza a ese supremo momento. Y Fernando lo hace con naturalidad, le sale. Pero además, rompe, desequilibra con velocidad, intuye un segundo antes que el defensa la jugada de ataque. Y luego machaca.

Es tan bueno que hasta Manzano ha tenido que tirar a la basura su libreta. Tras muchos titubeos, el técnico ha demostrado inteligencia y hace un mes que acomodó el equipo a su estrella. Se acabó la línea de tres medios ofensivos por detrás de Torres. Ahora, un delantero rompedor al lado para quitarle defensas y juego más directo, menos elaborado. Pases en diagonal aprovechando su visión y contundencia en el resto de las líneas. Se acabaron los discursos vacuos, lo del peso del escudo, las loas a Ibagaza y otras gaitas. Al turrón. Y el turrón es jugar para Torres, que es el que marca las diferencias. Me alegro por Torres, y también por Manzano.