Sainz desafía con 41 años a los de 20

Como diría Sofía Mazagatos, "Carlos Sainz vuelve a estar en el candelabro". El madrileño ocupa de nuevo un lugar de honor en los medios nacionales e internacionales gracias al liderato que ostenta en el Mundial a falta de dos pruebas para finalizar la temporada. Pero él siempre ha estado ahí.

Es cierto que desde el Rally de Sanremo, en octubre de 1998, no se había colocado en cabeza de un Campeonato del Mundo, pero no es menos cierto que en todas las temporadas desde que en 1990 lograra su primer título, ha peleado por la corona como mínimo hasta la antepenúltima prueba. Sólo falló en 1993, año en el que su aventura con Lancia resultó un fracaso total.

El matador está en cabeza del ránking de victorias, con 25, empatado con Colin McRae, es el piloto con más podios, con más puntos sumados, con más subcampeonatos…una interminable lista de logros que parece no tener fin y que, además, puede engordarse en lo que queda de año y el próximo, que seguirá en Citroën.

Pero lo más grande que ha hecho Sainz es su constancia. No hay un piloto que se haya mantenido en la cresta de la ola tanto tiempo. Atrás han quedado hombres de la talla de Miki Biasion o Juha Kankkunen, y ahora también van cayendo por el camino Didier Auriol (que este año sólo ha logrado 4 puntos con Skoda) o Tommi Makinen (que se jubila al acabar la temporada). Incluso el propio McRae, hasta este año el piloto mejor pagado (6 millones de euros) está por el momento en el paro, eclipsado en Citroën por el madrileño. Sainz ha luchado por títulos frente a todos, y también contra Richard Burns o Marcus Gronholm, pero a sus 41 años no se arruga frente a la generación de veinteañeros compuesta por Petter Solberg, Sebastien Loeb o Markko Martin.

A día de hoy está en la tabla delante de todos ellos… y hace sólo un año querían jubilarle. A Carlos no le jubilará nadie. Será él el que tome la decisión, y pase lo que pase de ahora a ese momento, lo hará por todo lo alto, ya que es el mejor piloto de la historia.