Míchel, sin el Madrid no es lo mismo

Míchel, sin el Madrid no es lo mismo

El que se va del Madrid siempre acaba arrepintiéndose. No hace falta que les recuerde cómo acabaron algunos héroes de la Séptima (Mijatovic, Suker y Panucci) o canteranos históricos como Alfonso y Martín Vázquez cuando decidieron buscarse la vida defendiendo otro escudo. Illgner fue más honesto y se retiró del fútbol cuando Casillas adelantó su jubilación. Ya sé que hay excepciones sonadas como la de Luis Enrique, pero háganme caso. Cuando un jugador abandona el Madrid... no es lo mismo. Claro que resulta legítimo que Míchel Salgado solicite a Florentino y Valdano un esfuerzo para compensar su admirable crecimiento como futbolista. Il Due lleva tres temporadas sublimes. Voy más lejos, desde el alemán Berti Vogts no había visto un lateral derecho tan consistente y cualificado como el carrilero gallego. Salgado está en fase efervescente. Juega como una gaseosa. La sacudes, la abres y se organiza una catarata de emociones.

P ero Salgado debería analizar con frialdad el paso que va a dar. Lógico que si el Manchester le ofrece el doble le tiemble la paletilla. Tiene familia y es normal que valore con celo el capítulo económico. Me consta que el Madrid va a hacer un esfuerzo y le va a presentar un contrato importante. Será inferior a las tentadoras propuestas inglesas (que un defensa cobre 1.000 kilos me parece de tripi), pero digna para que ponga en la balanza el lujo de seguir en un club incomparable o la ruina de irse a una ciudad cutre y triste como Manchester. Míchel medita la decisión de su vida. Dinero, mucho dinero, o fútbol, mucho fútbol. Makelele se forra ahora en Londres. ¿Y qué ha sido de él? Cero patatero. Míchel, quédate.